Ya ha llegado el 2017. Y se nota que este año se cumple el Centenario de la Revolución Rusa porque nunca como antes, sobre todo en este último cuarto de siglo, se había hablado tanto de comunismo, bolchevismo y la URSS. Así pues, nos esperan diez meses intensos con muchos artículos de opinión sobre esta importante efeméride. La mayoría, por desgracia, dentro de esa categoría de periodismo cuñadista y cipotudo a la cual la posverdad ha arrastrado últimamente a casi todos los medios de comunicación informativos.
En un artículo publicado ayer en El País (pág. 11) y titulado ¿Los mismos demonios?, la escritora checa Monika Zgustova, residente en Sitges, elabora una curiosa argumentación para relacionar el terrorismo yihadista actual con, por este orden, Jean-Jacques Rousseau, el nihilismo ruso, el bolchevismo, el anarcosindicalismo, Charles Fourrier, Mijaíl Bakunin y Arthur Conan Doyle (el creador del personaje de Sherlock Holmes). Movimientos y personas "radicales" que pretendieron "destruir" el orden establecido en sus respectivas épocas y de cuya ideología, según la escritora, bebe el islamismo actual. Un terrorismo, continúa Zgustova, que pretende acabar con "la civilización basada en el progreso gradual bajo el amparo de la democracia liberal". Lo más interesante del artículo es que su autora critica el fundamentalismo yihadista adoptando ella misma una actitud dogmática (el capitalismo liberal siempre es bueno, cualquier alternativa es mala) en ningún caso autocrítica y, en algunos aspectos, contradictoria. Por ejemplo, cuando relata la muerte de Alejandro II en 1881 no cae en la cuenta de que la autocracia zarista no tenía nada de democrática ni de liberal, y que no se la podía combatir si no era con una revolución. Ni analiza el hecho de que el "orden" puede ser en sí mismo una forma de violencia social o que el liberalismo existe gracias a una revolución, la francesa.
Zgustova acaba su escrito pronosticando un final relativamente próximo para la violencia yihadista, igual que lo tuvieron en su momento los "grupos terroristas rusos". Eso unas horas antes del atentado en la discoteca de Estambul que ha acabado con la vida de 39 personas.
Portada de la edición de 1880 de la obra "Padres e hijos" ("Ottsy i deti") de Iván S. Turguénev (1818-1883) que dio origen al término "nihilista", la corriente de pensamiento, según Zgustova, que pretendía "destruir todo lo establecido, desde el orden hasta la escala de valores"
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