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jueves, 4 de agosto de 2016

Murales soviéticos en la plaza Dzerzhinski


Hubo una época en que la propaganda soviética cubría buena parte de los principales barrios de la ciudad de Moscú. Murales enormes con lemas revolucionarios y dibujos alegóricos de estética vanguardista teñían de rojo las fachadas grises de los edificios decimonónicos, proporcionando a la capital de la Unión Soviética un aura de magnificencia histórica como nunca se ha vuelto a ver en ningún otro lugar. Aunque apenas han transcurrido tres décadas desde el final de la URSS, de todo aquello no queda prácticamente nada. La mayoría de esos murales acabaron siendo desmontados y otros, como los mosaicos construidos en bloques de apartamentos de la periferia, se van desgastando con el paso del tiempo hasta desaparecer por completo. Ahora es la publicidad de carácter global la que inunda las calles de Moscú. Una publicidad cuyo mensaje subliminal construye las nuevas identidades individuales a partir del consumismo y las marcas comerciales como certificados de validez social. Ya no se trata de formar parte de un grupo para construir un mundo mejor, sino de hacerlo para no quedar excluidos de él. El mismo mecanismo psicológico pero con una intención muy diferente.

Uno de los rincones de la capital rusa donde existió la muestra más destacada de esta propaganda fue la plaza Dzerzhinski, la actual Lubyanka. Un espacio ortogonal, junto a la sede del Servicio de Seguridad del Estado, sirvió durante décadas como tramoya decorativa de la estatua del fundador de la Cheka, Félix Dzerzhinski, instalada en una rotonda central. La historia de esta esquina es una curiosa metáfora de lo que fue la propia Unión Soviética, un sistema económico, social y político que con los años acabó devorándose a sí mismo. Porque lo que creó este recinto fue la simbólica demolición de una iglesia en 1935, en pleno estalinismo. Mientras que un hecho tan pragmático como la construcción de un edificio burocrático del KGB acabó con él medio siglo más tarde, en tiempos de la perestroika.


Situación en un mapa actual de los tres murales soviéticos, ya desaparecidos. En el extremo superior de la segunda imagen se puede ver una parte del gran edificio de la Lubyanka, original de 1897 y ampliado en los años 40 del siglo XX. Fue la sede de la Cheka y el KGB y lo es del actual FSB


El espacio propagandístico de la plaza Dzerzhinski (actual plaza Lubyanka), fotografiado en 1979 y en 2015, respectivamente. Los murales fueron reemplazados en 1985 por el edificio de la segunda imagen, un anexo de la sede central del Servicio de Seguridad del Estado, la Lubyanka, que no aparece en ninguna de estas fotos (se encuentra a la izquierda de ambas imágenes)

En la conjunción de la plaza Dzerzhinski con el pasaje Serova (actual Lubyanskiy) y con la calle Kirova (actual Myasnitskaya) existió desde el siglo XVI una pequeña iglesia ortodoxa consagrada a la Virgen de Grebnovskoy. Situada a escasos metros de la sede de la Cheka, la policía política bolchevique, en los años posteriores a la Revolución de Octubre no hubo margen para que dos instituciones tan antagónicas compartiesen la misma calle. Fue por este motivo que la iglesia se destinó a otros usos hasta que en 1935 acabó siendo derruida junto con el resto de las casas adyacentes, incluidas las que había en la acera contraria. Influyó en esta decisión el plan global de reforma urbanística que se había puesto en marcha ese año y que afectó a todo el centro de la ciudad. Después de un breve período de tiempo, los solares vacíos se convirtieron en una improvisada placita abierta por el lado noroeste hacia la calle Kirova y rodeada por las fachadas laterales de las casas comprendidas entre los pasajes Serova y Komsomolskiy Bolshoy (actual Zlatoustinskiy Bolshoy). En una de ellas vivió el poeta cubofuturista Vladímir Mayakovski (1893-1930), en un apartamento que en 1974 se convirtió en su casa-museo.

El nuevo espacio urbano de la plaza Dzerzhinski, que nunca tuvo nombre propio y que medía aproximadamente noventa metros de largo y cuarenta de ancho, fue pavimentado y decorado con parterres de césped y algunos arbustos. En uno de sus extremos se excavó la entrada de un paso subterráneo que hoy en día sigue permitiendo a los viandantes cruzar al otro lado de la plaza Lubyanka, y que da acceso a la línea de metro que pasa por este lugar.

 Fotografía de la calle Myanitskaya tomada en 1915 desde la plaza Lubyanka, con la iglesia de Grebnovskoy a la derecha y las dos fachadas (1 y 2) donde décadas después se instalarán los murales soviéticos. En la primera fachada, al fondo, se ven claramente cinco anuncios publicitarios (faltaban dos años para la Revolución de Octubre). En uno de ellos se puede leer la palabra СМИРНОВ (SMIRNOV). Podría tratarse, perfectamente, de la marca de vodka fundada en 1860

 Un vehículo de agitación y propaganda recorre la calle Myanitskaya en 1924, en dirección hacia la plaza Lubyanka. En la imagen se puede ver la casa donde posteriormente se instalará el primer mural (1). En lo alto hay un cartel con el anuncio УНИВЕРСАЛЬНЫЙ (UNIVERSAL'NYY, "Universal"). Con este nombre se denominan en ruso las tiendas donde se puede encontrar cualquier producto (el tradicional colmado o el actual centro comercial). Toda la publicidad que había en esta pared nueve años atrás ya ha desaparecido

La iglesia de Grebnovskoy, en una fotografía tomada desde el pasaje Lubianskiy entre los años 1927 y 1934

Fotografía de la iglesia de Grebnovskoy vista desde la calle Myanitskaya, supuestamente entre 1930 y 1934. Aunque en esas fechas aún no había sido demolida, la imagen parece retocada (como si se hubiese dibujado sobre un solar vacío). Detrás se encuentra el edificio donde más adelante se colocará el tercer mural, en la esquina de Myanitskaya con el pasaje Serova (actual Lubyanskiy)

El espacio propagandístico de la plaza Dzerzhinski en 1980

Aprovechando que las fachadas laterales de estos edificios quedaron completamente al descubierto, se instalaron en ellas tres murales con propaganda soviética. El primero se colocó en la casa de la esquina de la calle Kirova, bajo un gran letrero de la editorial Книжный Мир (Knizhnyy Mir, "El Mundo de los Libros"). El segundo se ubicó en la casa del centro, entre la de Mayakovski y la de la esquina del pasaje Serova, donde se instaló el tercer mural. Los eslóganes y dibujos representados en ellos fueron variando a lo largo de los años.

En 1979, por ejemplo, los tres lemas rezaban ПРЕВРАТИМ МОСКВУ В ОБРАЗЦОВЫЙ КОММУНИСТИЧЕСКИЙ ГОРОД! (1) (PREVRATIM MOSKVU V OBRAZTSOVYY KOMMUNISTICHESKIY GOROD!, "Convirtamos Moscú en un modelo comunista de ciudad"), ВСЯ ВЛАСТЬ В СССР ПРИНАДЛЕЖИТ НАРОДУ (2) (VSYA VLAST' V SSSR PRINADLEZHIT NARODU, "Todo el poder en la URSS pertenece al pueblo") y ДА ЗДРАВСТВУЕТ НЕРУШИМОЕ ЕДИНСТВО КОММУНИСТИЧЕСКОЙ ПАРТИИ И СОВЕТСКОГО НАРОДА (3) (DA ZDRAVSTVUYET NERUSHIMOYe YEDINSTVO KOMMUNISTICHESKOY PARTII I SOVETSKOGO NARODA, "Viva la unidad indisoluble del Partido Comunista y el pueblo soviético").

Los tres murales en 1979, con las inscripciones comentadas anteriormente

Un lustro después, en 1984, todo el conjunto se convirtió en una auténtica pieza de arte urbano digna de los tiempos de la vanguardia artística revolucionaria, con versos de Mayakovski colgando de las paredes junto al apartamento donde pasó los últimos años de su vida. En el primer mural había un extracto de su extenso poema titulado "Vladímir Ilich Lenin": (1) ПАРТИЯ - БЕССМЕРТИЕ НАШЕГО ДЕЛА (PARTIYA - BESSMERTIYe NASHEGO DELA, "El Partido... la inmortalidad de nuestra causa"). Este poema, escrito en 1924 en homenaje al líder de la Revolución de Octubre, contiene más de 3.000 versos. En el segundo aparecía la parte final del poema "Leninistas", escrito en 1930, el año de su suicidio: (2) ЛЕНИН С НАМИ, БЕССМЕРТЕН И ВЕЛИЧАВ, ПО ВСЕЙ ВСЕЛЕННОЙ ШИРИТСЯ ШЕСТВИЕ-МЫСЛЕЙ, СЛОВ И ДЕЛ ИЛЬИЧА (LENIN S NAMI, BESSMERTEN I VELICHAV, PO VSEY VSELENNOY SHIRITSYA SHESTVIYe-MYSLEY, SLOV I DEL IL'ICHA, "Lenin con nosotros es inmortal y majestuoso, en todo el mundo hay una procesión cada vez mayor - pensamientos, palabras y obras de Lenin"). En el cartel de la derecha se podia leer un fragmento de "Votemos por una producción ininterrumpida": (3) НА КАРТЕ СОЮЗА ИЗ КАЖДОЙ КЛЕТКИ ВСТАЮТ ГИГАНТЫ НА СМОТР ПЯТИЛЕТКИ (NA KARTE SOYUZA IZ KAZHDOY KLETKI VSTAYUT GIGANTY NA SMOTR PYATILETKI, "En el mapa de la Unión, de cada cuadrado se levantan gigantes en la revisión del Plan Quinquenal").


Los poemas de Mayakovski en 1984. En la primera imagen se ven con claridad, a la derecha, la entrada al museo del poeta cubofuturista y un monumento conmemorativo del centenario de su nacimiento

En noviembre de 1985, el inicio de las obras del monumental edificio del Centro de Computación del KGB puso fin a este lugar. La nueva construcción, obra de un equipo de arquitectos encabezado por V. Paluzh y G.V. Makarévich, se encajó literalmente en los edificios de la calle Kirova y el pasaje Serova. Ambas fachadas fueron conservadas intactas, mientras que la estructura del nuevo bloque, más alto que los antiguos, "penetró" en las paredes donde estaban instalados el primer y el tercer mural, como dos manos que se introducen en el interior de unos guantes. El otro inmueble, el que sostenía el mural central, fue "absorbido" por la mole de cemento y hormigón hasta desaparecer por completo. Las obras finalizaron en julio de 1987.



El nuevo edificio del KGB se "encastó" en el interior de los dos que había en las esquinas de la calle Kirova y el pasaje Serova. Las junturas entre la parte nueva y la antigua son claramente visibles. En la de la calle Kirova (actual Myanitskaya) estuvo instalado el primer mural soviético. Este bloque de oficinas sigue perteneciendo al Servicio de Seguridad del Estado, ahora de la Federación Rusa

Esquina del nuevo edificio (construido entre 1985 y 1987) entre la calle Myanitskaya (a la izquierda) y el pasaje Lubyanskiy (en el centro). El de la derecha con andamios es el Museo Politécnico. En esta esquina se hallaba el tercer mural

El mismo anexo del KGB visto desde el pasaje Lubyanskiy, con el edificio de la Lubyanka (sede del Servicio de Seguridad del Estado) asomando por el lado izquierdo de la imagen

Los muros donde estuvieron instalados estos grandes carteles soviéticos se convirtieron a partir de entonces en espacios interiores del nuevo edificio institucional. Durante años, cientos de funcionarios del KGB estuvieron atravesando a diario las huellas invisibles de aquellas fachadas extintas, seguramente sin ser conscientes de su trasiego espectral. Ahora lo continúan haciendo los jóvenes agentes del FSB, el nuevo Servicio de Seguridad del Estado de la Rusia postsoviética. Quizás alguno de ellos tiene su despacho junto a un tabique donde tiempo atrás estuvo dibujada la barba de Lenin, o el brazo de la koljosiana de Vera Mújina. Es por ello que no debe extrañar a nadie que Moscú sea una ciudad muy proclive a los fenómenos paranormales y las grandes leyendas urbanas. Sus devaneos urbanísticos han creado el escenario perfecto para este tipo de anormalidades. En menos de un siglo un espacio limitado por casi tres mil quinientos metros cuadrados ha contenido una iglesia, diversas viviendas particulares, un descampado, un espacio propagandístico ajardinado, la entrada del apartamento de Mayakovski y los ordenadores del espionaje ruso/soviético. Si allí no hay fantasmas es que los fantasmas, definitivamente, no existen.

Mayakovski



Entre 1974 y 1985, la entrada al Museo Mayakovski daba directamente a la calle justo en medio del espacio propagandístico de la plaza Dzerzhinski

Desde 1987, fecha de la finalización de las obras, para acceder al Museo Mayakovski hay que atravesar la planta baja del antiguo Centro de Computación del KGB (por la puerta de la derecha, la que tiene la palabra "Museo" escrita en lo alto). La entrada a su apartamento se encuentra ahora en el patio interior que se entrevé a través del acceso de la izquierda. En el centro de la fotografía está el busto con la cabeza del poeta  

 El edificio de la esquina de la calle Myanitskaya con la plaza Lubyanka ha sido testimonio de excepción de los cambios urbanísticos que se han producido en este lugar. Esta casa, anterior a la Revolución de 1917 y situada en la acera contraria de donde estaba el primer mural, sobrevivió a la demolición de sus vecinos en 1935 y a la construcción del nuevo anexo del KGB en los años 80. Detrás se ve con claridad el edificio de la Lubyanka

Fotografía de 2012 de la plaza Lubyanka. En el centro se aprecia la rotonda vacía donde estuvo instalada hasta 1991 la estatua de Félix Dzerzhinski. En la parte posterior, a la izquierda, está el edificio de la Lubyanka, sede del Servicio de Seguridad del Estado y, a la derecha, el anexo del KGB (actualmente del FSB) que tapó los murales soviéticos en 1985. Más a la derecha asoma el Museo Politécnico, en la plaza Novaya. En el centro de la imagen, justo entre los dos edificios burocráticos, se puede ver la casa de la fotografía anterior


viernes, 6 de diciembre de 2013

El Café de los Futuristas (1917-1918)

"La única posibilidad de seguir haciendo la revolución una vez que la Revolución había llegado al poder sería dedicarse a lo mismo a lo que se dedicaba antes de que llegara la Revolución. [Mayakovski] Se parapeteó en el Café de los Futuristas en el pasaje Nastasinsky a recitar sus poemas. Sabía que no era suficiente, pero de momento eso es lo que le pedía el cuerpo. Había dos clases de habituales en el café de Burliuk y Kamenski: los espectadores y los actores. Los especatadores solían ser burgueses en retirada que creían que al calor de aquellos locos borrarían las sospechas que sobre ellos pesasen, o quizá iban sólo en pos de un poco de diversión. No le pasaba desapercibido ese hecho al poeta, que le escribía a Lily tintando sus cartas de pesimismo acerca de lo que les aguardaba. Aunque a veces pasaban cosas divertidas, como cuando dos muchachas y un muchacho entraron en el café con una resma de periódicos recién salidos de imprenta, Burliuk los compró todos, se subió al estrado y empezó a hacerlos pedazos uno por uno repitiendo: no apoyaremos a los moribundos. El café no podía ser suficiente, así que lanzaron un manifiesto-decreto exigiendo la democratización del arte y presentándose como los depositarios del arte revolucionario de la juventud. La calle era la materia prima del arte, en palabras de Maiakovski, las calles son nuestros pinceles, las plazas públicas nuestra paletas, los muros de los edificios nuestros lienzos. (...)

Sus bolsillos empezarían a ser insuficientes para meter todo el dinero que ganaría [con el estreno de la película No nació para el dinero, basada en la novela Martin Eden de Jack London y con guión de Mayakovski]. Pero su feudo principal era el Café de los Futuristas, inspirado en el Café de los Poetas que Burliuk y Kamenski habían abierto en el Moscú de la revolución, gracias a un permiso que consiguió Maiakovski. Allí mismo tendrían que rodarse esas escenas, para que sus compañeros de fatiga futurista salieran, y saliera el mural con el caballo de diez patas que era el escudo del local. Iván Nov recita sus versos a Burliuk en el Café de los Futuristas, y Burliuk se exalta, es maravilloso, le dice, eres un gran poeta, no tienes que preocuparte más del dinero, te daré cincuenta kopeks al día. A Burliuk le emocionó que Maiakovski le agradeciera así que le hubiese descubierto cuando aún no era nadie, sólo un muchacho con la cabeza llena de pájaros, el pasado lleno de derrotas, el presente indeciso y frío. Toda Rusia vería ahora quién era el verdadero descubridor de Maiakovski. (...)

No fue la única mala noticia [el fracaso del film Prisionera de la película]. El Gobierno revolucionario había decidido también cerrar el Café de los Futuristas, campeón de los cafés de Moscú, donde había tantos cafés de artistas, los imaginistas se reunían en El Caballo de Pegaso, estaba también La Caja de Música, estaba El Pintoresco. En el Café de los Futuristas Maiakovski leía una noche sí y otra también, llegaba a la hora que quería, se subía a la tarima, y empezaba a recitar. La guerra contra los blancos se recrudecía. No era momento de gracietas ni recitales carcajeantes. Y además los futuristas se habían pasado de la raya. Habían aprovechado el nombramiento del pintor Cheremberg como director del IZO -la sección de Artes Plásticas del Comisariado de Cultura- para manejarlo a su antojo, plantear proyectos delirantes. Burliuk, Kamenski y él publicaron en la revista El Arte de la Comuna un texto titulado Orden Primera al Ejército del Aire, en el que pedían a los pintores y a los poetas que no perdieran más el tiempo y cubrieran de colores brillantes todas las paredes grises de la ciudad, que pintaran de alegría los tranvías y los ferrocarriles. Y los poetas y los pintores pensaron que era un orden de verdad, que venía de arriba, que tenía el consentimiento de la autoridad competente, y salieron a la calle a obedecer, y la gente podía ver a Chagall y a Alexandra Exter y a Maliévich pintando murales en sus barrios. (...)

Pero la orden de cierre del Café de los Futristas estaba cantada. Se acabó la algarabía. Burliuk pidió a Maiakovski que hablara con Osip, cada vez mejor situado, por ver si podía arreglarle un permiso para marcharse al extranjero. Eres un traidor, le dijo Maiakovski, pero no te voy a denunciar, nos dejas, hay una guerra, un combate, es el asalto final, y nos dejas, no esperaba menos de ti. Burliuk se había hecho transparente a los ojos de Maiakovski, pero esta vez no tenía un lienzo sin pintar en lugar de corazón, sino una hiena. (...)

El futurismo parecía sentenciado, así que lo mejor sería construirle una tumba justa a lo que había significado, aunque Burliuk quisiera borrarse y Jliébnikov ya no gorjeara y se le viera poco a Kamenski después de que cerraran el Café de los Futuristas. Una tumba justa. Una antología. La primera antología futurista rusa que pudiera llevarse a los colegios para que los niños supieran de dónde venían y hacia dónde iban. La palabra del trigo, un librito que se imprimió en Petrogrado con cubierta de Maiakovski, que dibujó una espiga de trigo como corona para alumbrar aquella preciosa tumba donde cantaban Burliuk, Kamenski, Asséiev, Jliébnikov y Maiakovski".

(Bonilla, J. (2013) Prohibido entrar sin pantalones. Barcelona: Ed. Seix Barral, 2013, pp.107-108, 113-114, 126, 127, 144-145)

 Señalado con un punto rojo se halla el edificio donde se ubicaba el Café de los Futuristas, en la esquina formada por la calle Gorki (actual Tverskaya) y el pasaje Nastasyinskiy. El palacete clásico que hay justo en la acera contraria (atravesando la calle Tverskaya) es el Museo de la Revolución, actual Museo de Historia Contemporánea. En aquella época (1917-1918) aún albergaba el Club Inglés, aunque posiblemente se encontrase clausurado. Justo al lado del Café de los Futuristas, en la otra acera del mismo pasaje Nastasyinskiy, está la Casa Sitin, que más tarde fue sede de Pravda y después de Trud. Esta casa modernista, propiedad del editor Iván Sitin, se encontraba en ese momento 33 metros más hacia al Sur. En la esquina inferior derecha de la foto asoma la plaza Pushkin
(Fuente: Google Maps 06/12/2013)

 El edificio de la esquina, con cuatro columnas corintias, es la antigua casa del gobernador civil de Moscú. En alguna de esas entradas había una lavandería que se convirtió en el Café de los Futuristas. El local fue cedido por N. Filipov, heredera del propietario de la panadería donde a comienzos del siglo XX se construyó el hotel Lux. Actualmente no hay ninguna evidencia física que recuerde la existencia del café, ninguna placa que advierta del pasado futurista de este lugar. Sólo nos quedan algunos testimonios escritos de personas que lo visitaron durante su efímera existencia, entre el otoño de 1917 y el 14 de abril de 1918. Por ejemplo, el de N.N. Zaharova, que lo describió como un local al que se accedía por una puerta negra, iluminada por un farolito, con el nombre 'Café de los Poetas' (posiblemente su nombre "oficial") escrito con pintura blanca. Un vestíbulo decorado con una miniatura futurista daba paso a la sala entarimada con listones largos y estrechos donde había un piano y, a la izquierda, una barra de bar con cocina en la parte posterior. Algunos escritores como Roizman o Spassky añaden algunos detalles más. Por ejemplo que en la puerta había dibujada una flecha zigzagueante, que el techo de la habitación era bajo, que el suelo estaba cubierto de serrín y que había mesas con bancos de madera cepillada. En la pared del fondo existía una enorme pintura representando a un elefante púrpura con una trompa erguida y algunos bustos de mujer, atravesado todo el conjunto por los colores del arco iris. En las paredes había inscripciones extrañas como 'Se ha agotado la leche de sapo'

Retrato de David Burliuk realizado por Vasili Kamenski, fundadores ambos -junto a Vladímir Mayakovski- del Café de los Futuristas de Moscú

Mayakovski en uno de los actos celebrados por los cubofuturistas

lunes, 28 de octubre de 2013

La plaza Novaya y el edificio del Komsomol

"En la plaza Staraya (que quiere decir vieja) revolucionariamente hablando no hay nada que anotar, aunque aquí se construyeron los edificios del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, el del Comité de Moscú y el del Comité Reginal del Partido, perfectamente imaginables, como lo es el edificio del Consejo Central de la Organización de Pioneros emplazado en la plaza Novaya (Nueva) y no lejos de allí, en la travesía Serov, está el Comité Central de la Unión de las Juventudes Comunistas (Komsomol), cerca del museo dedicado a Mayakovski. (...) Con respecto al Komsomol, tiene el carácter de edificio burocrático al servicio de una organización burocrática que poco tiene que ver con el Komsomol revolucionario, aquella vanguardia de juventud soviética que hizo frente a desafíos como la guerra civil, los años de reconstrucción, la guerra contra el fascismo y otra vez la reconstrucción. La figura cumbre de aquel período fue Nicolai Ostrovski, héroe de la juventud comunista, que participó en todas las luchas y murió en plena juventud víctima de una enfermedad consecuencia de heridas de la guerra civil. Antes de morir, Ostrovski conmovió al mundo con un libro naíf y autobiográfico dictado desde su lecho de paralítico: Así se templó el acero, verdadero Emilio al servicio de la educación del joven bolchevique. André Gide, cuando visita la URSS en 1936 y publica su famoso y polémico Retour de l'URSS, dedica uno de los apéndices a la visita a Ostrovski en su postración de enfermo incurable: (...)".

(Vázquez Moltalbán, M. (1990) Moscú de la Revolución. Barcelona: Ed. Random House Mondadori, 2005, pp. 81-82)


 En primer lugar, plano de 1980 donde se puede leer claramente la palabra Komsomol, junto a un rectángulo que representa al edificio que lo albergaba. Está situado en el pasaje Serova, en la esquina donde acaba la plaza Staraya y comienza la plaza Novaya. En la segunda fotografía (mapa actual) dicho emplazamiento aparece señalado con un punto rojo. La plaza Novaya, como es habitual en Moscú, no tiene la "estructura de plaza" que conocemos en Occidente. Se trata de una calle limitada al Este por el edificio del Museo Politécnico (que ocupa toda una manzana en el centro de la imagen), al Oeste por el antiguo barrio de Kitái Górod, al Norte por la plaza Dzerzhinski y al Sur por la plaza Staraya
(Fuente: Google Maps 25/10/2013)

 Vista de la plaza Novaya desde la plaza de la Lubianka (antigua plaza Dzerzhinski). A la izquierda, el Museo Politécnico. Al fondo, los árboles de la plaza Staraya y el edificio Kotel'nichevskaya, uno de los rascacielos de Stalin

 Vista de la plaza Novaya desde la plaza Staraya. A la derecha, el Museo Politécnico. Al fondo, la plaza Dzerzhinski

 El Museo Politécnico, en el número 3 de la plaza, es una institución emblemática proveniente de la época soviética. Aún hoy en día se puede visitar y contiene numerosos objetos relacionados con todas las ramas de la industria de la URSS y de Rusia

 En el número 12 de la plaza se halla el Museo de Historia de Moscú. En este lugar se exponen cuadros, maquetas y muchos objetos relacionados con la historia urbanística de la ciudad. El edificio de la cúpula es un centro de estudios relacionado con la Iglesia Ortodoxa

 Entrada principal al edificio neobizantino donde se encuentra el Museo Politécnico

 La calle en la parte trasera del Museo Politécnico no pertenece a la plaza Novaya, aunque nuestra geometria urbanística europea nos impulse a incluirla como tal. Se trata del pasaje Lubyanskiy (antiguo pasaje Serov), que se extiende desde la plaza de la Lubianka hasta la antigua plaza Noguin (al fondo de la imagen se ven algunos árboles de la plaza Staraya)

 Vista de la plaza de la Lubianka desde el pasaje Lubyanskiy. La esquina que aparece a la izquierda de la imagen corresponde al Museo Politécnico. En el extremo del edificio de la derecha, que se extiende hasta la esquina de la sede del Ministerio del Interior (de color amarillo, en el centro de la imagen), se encuentra el Museo Mayakovski, al cual hace referencia Vázquez Montalbán en su libro. Llaman la atención las fachadas de estos viejos edificios, con desconchones y unos aparadores muy arcaicos que nos remiten visualmente a otras épocas de la historia de la ciudad
(Fuente de las siete últimas imágenes: Google Street View 25/10/2013)

 En el número 13 del pasaje Lubyanskiy (esquina con la calle Maroseyka) se encuentra el edificio constructivista que albergó el Comité Central de la Unión de las Juventudes Comunistas (Komsomol). Fue construido por el arquitecto Vladimir Dmitrievich Tsvetaeva entre los años 1928 y 1930. Inicialmente fue la sede de la Casa de los Fideicomisos hasta 1935. Luego lo fue del PCF y, a partir de 1939, del Komsomol. La fotografía fue tomada entre los años 30 y 40

 Aspecto actual del edificio, bastante bien conservado. La primera imagen fue tomada desde el pasaje Lubyanskiy en dirección hacia la plaza Staraya (el fotógrafo da la espalda a la parte posterior del Museo Politécnico). La segunda fotografía muestra las características típicamente constructivistas del edificio: vidriera que ocupa tres pisos, esquina redondeada donde acaban los balcones rectangulares, columnas semicirculares en la esquina principal (sin bases ni capiteles) y una estructura superior (donde una forma cilíndrica se "encaja" en la porción rectangular del cuarto piso) que recuerda el puente de un barco. No en vano el Komsomol debía llevar el timón de la juventud revolucionaria de la Unión Soviética
 Actualmente en este lugar se encuentra la sede de la Unión Rusa de la Juventud. En la planta baja aún quedan algunos recuerdos de tiempos pasados

 Vista del edificio desde la calle Maroseyka, en dirección hacia la plaza Novaya. Se ven con claridad los balcones con base rectangular encajados en la esquina redondeada


Diferentes vistas del edificio desde el límite entre la plaza Novaya (a la izquierda) y la plaza Staraya (donde acaba la calle Ilinka). La estructura vanguardista del Komsomol contrasta espectacularmente con la fachada neobizantina del Museo Politécnico
(Fuentes: Google Street View 17/08/2013 y 26/09/2013)

sábado, 17 de agosto de 2013

Walter Benjamin en las paradas de libros de Kitái Górod

28 DE DICIEMBRE DE 1926

"(...) Yo bajé por el Kusnetski-Most [o Kuznetskiy Most] (Puente de los Herreros) en busca de librerías. En esta calle se encuentra la que, a juzgar por su aspecto, es la librería más grande de Moscú. Hasta vi literatura extranjera en la vidriera, pero a unos precios escandalosos. Los libros rusos se venden, casi sin excepción, sin encuadernar. El papel es casi siempre importado y cuesta tres veces más que en Alemania y, según me pareció, recortan las esquinas de las publicaciones para abaratar costos. Después de haber ido al banco a cambiar dinero, me compré de paso uno de esos arrollados calientes que se venden en todos lados en las calles de por aquí. No había dado nada más que unos pasos cuando un niño se me vino encima; y una vez que comprendí que no era dinero lo que quería, sino pan, compartí un pedazo con él (...)".

29 DE DICIEMBRE DE 1926

"(...) Venía de la oficina postal, había enviado un telegrama y luego dado un largo paseo por el Museo Politécnico (sede de la Asociación Federal para la Promoción del Conocimiento Político y Científico; gran parte de los eventos literarios de Mayakovsky tuvieron lugar en dicho sitio), donde busqué sin éxito una exposición de dibujos realizados por enfermos mentales. Me desquité con un paseo a lo largo de los puestos que están junto al muro de Kitay-Gorod [o Kitái Górod]. Este es el centro del mercado de libros usados. Resultaría infructuoso tratar de encontrar algún hallazgo relacionado con la literatura no rusa. También es muy raro encontrar ediciones antiguas en ruso (si nos guiamos por la encuadernación). Y todo esto a pesar de que en el transcurso de los últimos años han debido de vaciarse inmensas bibliotecas. ¿Habrá sido sólo en Leningrado y no en Moscú, donde no era tan común que existiesen? En uno de los puestos de Kitaiski-Proezd (Barrio chino) compré una armónica para Stephan [hijo de Benjamin]. Algo más acerca de la venta ambulante. Los artículos navideños (espumillón, velas, candelabros, adornos para el árbol, mismo árboles de Navidad) se siguen vendiendo incluso después del 24 de diciembre. Creo que los venden hasta la segunda festividad religiosa navideña. Relación de precios entre los puestos callejeros y las tiendas estatales. Compré las ediciones del Berliner Tageblatt del 20 de noviembre y del 8 de diciembre. En el Kusnetski-Most hay un chico que se dedica a golpear vasijas de arcilla, platos y cuencos diminutos, unos contra otros, para demostrar su solidez. En Okhotni Riad, una curiosa aparición: mujeres que ofrecen a los transeúntes trozos de carne cruda, o pollo, o cosas por el estilo sobre una caja de paja, en la palma de sus manos. Son vendedoras sin licencia. No tienen el dinero para pagar la concesión de un puesto, ni tiempo para la cola que hay que hacer para alquilar uno. Si se acerca un miliciano, se limitan a salir corriendo de allí con su mercancía (...)".

(Benjamin, W. (1927) Diario de Moscú. Buenos Aires: Ed. Godot, 2011, p.78 y pp.84-85)

 Mapa de 1980 con las dos rutas comentadas por Walter Benjamin en su diario. En color azul, la calle Kuznetskiy Most (la de la librería más grande de Moscú), entre las calles Pushkinskaya y Dzerzhinskogo (actuales Bolshaya Dimitrovka y Bolshaya Lubyanka). En color rojo, la ruta que probablemente siguió el día 29 de diciembre. En su diario comenta que, tras "venir de la oficina postal", pasó por la iglesia de Nuestra Señora de Kazán (en la esquina formada por la calle 25 de Octubre con la plaza Roja) y entró en el Museo Politécnico (señalado en el mapa sobre un rectángulo de color rojo). Luego continuó en dirección hacia el malecón Moskvoretskaya caminando junto a la hoy desaparecida muralla de Kitái Górod, a través de las plazas Novaya y Staraya. Dicha muralla era una de las tres que existieron en la ciudad y que dieron lugar (dos de ellas) al nacimiento de los Anillos de Moscú
 
Muralla de Kitái Górod en la esquina formada por la Kitayskiy proyezd y el malecón Moskvoretskaya. En la esquina inferior derecha, el antiguo "Palacio del Trabajo" o "Dvorets Truda"
(Fuente: http://oldmos.ru)


 La muralla de Kitái Górod fotografiada en el siglo XIX desde la plaza Staraya. Al fondo de la segunda imagen, el Kremlin. Todos los edificios que hay junto a la muralla fueron substituidos a comienzos del siglo XX por nuevas construcciones. Los más relevantes son, cerca de la Puerta Ilinka, el hotel Boyarsky y el edificio Titov, que más tarde se convertiría en la sede del Comité Central del PCUS



Dos imágenes de la antigua plaza ilinka, separadas en el tiempo probablemente por más de un siglo. La primera muestra la muralla de Kitái Górod y la Puerta Ilinka. En la segunda fotografía se ve claramente como la Puerta Ilinka, una vez derribada, dio paso a la calle Ilinka, luego llamada Kuybysheva y, desaparecida la Unión Soviética, rebautizada de nuevo como Ilinka. El monumento o capilla de Plevna continúa en su lugar, tras ser inaugurada en 1882 para homenajear a los soldados rusos muertos en el Sitio de Plevna, en la Guerra Ruso-Turca entre 1877 y 1878. En la primera fotografía, junto a la Puerta Ilinka, se ven claramente unos puestos o paradas donde se vendían los libros que Walter Benjamin hojeó durante sus paseos por este lugar. Posiblemente algunos de estos puestos también vendían otros objetos, como los adornos de Navidad 
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_de_Pleven y Google Street View 07/03/2013) 


La muralla de Kitái Górod aún es visible en algunos puntos del centro de la ciudad. Por ejemplo, en la esquina de la plaza Noguin con la calle Varvarka (primera foto) y en la plaza de la Revolución (segunda foto)
(Fuentes: Google Street View 18/01/2013 y fotografía personal realizada en agosto de 2006)