jueves, 19 de febrero de 2015

La oreja de Moebius


Moscú está lleno de huellas del pasado. Multitud de objetos simbólicos dotan de significado político e ideológico a numerosos edificios y rincones de la ciudad. Un caleidoscopio urbano que observado con lupa es casi como un libro abierto que nos habla sobre su historia. Dando un paseo por cualquiera de sus barrios no es difícil encontrar en un mismo día muchos de esos jeroglíficos pertenecientes a la era soviética o copiados en la actualidad de los que había en tiempos prerrevolucionarios. Desde un punto de vista urbanístico, todo es posible y casi todo se puede encontrar en las calles de Moscú. Incluida una oreja gigante que pende del frontispicio de un edificio académico.

El Instituto Central de Economía y Matemáticas de la Academia de Ciencias de la URSS (CEMI) es una institución creada en 1963 por iniciativa del académico V.S. Nemchinov a partir del Laboratorio de Economía Matemática fundado en 1958. Hoy en día depende de la Academia de Ciencias de Rusia. Su sede actual, un enorme edificio modernista con fachada acristalada, fue diseñada por los arquitectos Leonid Nikoláyevich Pavlov (1909-1990), I. Yadrov y G. Kolycheva. Se construyó en el número 47 de la Nakhimovskiy prospekt, en aquella época una zona muy poco urbanizada del distrito de Lomonovsky llamada Ponizhenii Rel'yefa (algo así como "Depresión del Socorro"). Las obras comenzaron en 1970 y no finalizaron hasta ocho años después. Justo enfrente del CEMI se encuentra la sede del Instituto de Información Científica de Ciencias Sociales (INION) y diseminados por los alrededores se hallan otros organismos culturales rusos que juntos forman un conjunto académico cuyo diseño no fue baladí. La idea era que el INION, como institución humanística, recogiese y analizase los conocimientos prevenientes del extranjero y que el CEMI, a modo de puesto de mando científico, controlase la economía soviética a través de métodos matemáticos implementados con las nuevas tecnologías.

Pavlov, conocido también por el diseño de la estación de metro Dobryninskaya y el del Museo V.I. Lenin en Gorki Leninskiye, quiso expresar con esta obra la relación entre el hombre y el mundo a través de las proporciones matemáticas. Por esta razón la unidad numérica utilizada en su construcción fue la millonésima parte del diámetro de la Tierra, una longitud de aproximadamente 12,8 metros. Esta "escala cósmica" permite describir y entender el significado arquitectónico de su creación. El edificio del CEMI está formado por dos bloques superpuestos que, metafóricamente, “se dan la espalda”. El principal mira hacia el Oeste (tiene delante el INION) y el posterior hacia el Este. Visto desde el lado principal, el bloque posterior está desplazado cinco pisos hacia la derecha y dos hacia arriba. Ambos tienen forma de paralelepípedo ortogonal, aunque el principal es el doble de ancho. Éste último tiene una fachada cubierta por grandes vidrieras que dejan pasar la luz natural. Por este motivo fue “destinado a las personas”. El otro, justo detrás y forrado con celdas de hormigón a modo de panal, se concibió para las máquinas. Porque la sede del CEMI fue engendrada cuando la Unión Soviética dio el paso que la introdujo en la era de la tecnología informática, una iniciativa que las autoridades políticas y académicas del país llevaban desarrollando desde 1960. Pavlov reflejó en esta construcción las dos direcciones que a su juicio debía seguir la arquitectura modernista: pasar de lo infinitamente grande a lo infinitamente pequeño y viceversa. Por eso la fachada principal está formada por una gran superficie de vidrio que se descompone en celdas cuadradas acristaladas. El lado de cada uno de estos cuadrados tiene una longitud de 12,8 metros, la "escala cósmica pavloviana" que se repite por doquier. La retícula que forman todas estas celdas, cubriendo por entero la fachada, posee unas dimensiones de once cuadrados horizontales por diez verticales. Una distorsión sorprendente pero no aleatoria, puesto que pretende emular las anomalías gravitacionales que se producen sobre los cuerpos celestes. Cada una de estas celdas tampoco es exactamente cuadrada sino ligeramente rectangular, reproduciendo de esta forma la misma alteración física, pero a escala individual. Por otra parte, el bloque posterior, el destinado a las máquinas, presenta una distribución muy parecida a la del bloque principal aunque con celdas proporcionalmente más pequeñas (el ortoedro es la mitad de estrecho). La idea inicial de Pavlov era que allí trabajaran, junto a los ordenadores, multitud de matemáticos, programadores y economistas, cada uno en su cubículo. El arquitecto quiso que todo este enjambre de hormigón simbolizase al pueblo soviético, compuesto por individuos-celda que juntos forman una unidad superior. Al igual que el Partenón de Atenas o el edificio Zholtovski de la plaza Manezhnaya, algunas relaciones geométricas entre las dimensiones del edificio del CEMI cumplen la proporción áurea, una relación basada en el número irracional 1,618033... Esta proporción, llamada también “divina”, otorga a las construcciones que la contienen una sensación de armonía, belleza y perfección que trasciende lo puramente perceptivo. El cineasta soviético Serguéi Eisenstein la utilizó en el diseño de las estructuras y los tiempos de las películas “El acorazado Potemkin” e “Iván el Terrible”.

Lo que resulta más llamativo en este edificio académico es que en su lado occidental, encajonada en un cuadrado, se halla una enorme "banda de Moebius" que cuelga de la fachada. El altorrelieve formado por este conjunto de hormigón está recubierto por un “trencadís”, un puzle de pequeños fragmentos cerámicos de color gris, amarillo, rojo y negro. Una técnica decorativa que nos resulta muy familiar porque Antoni Gaudí la utilizó en sus obras modernistas catalanas. La banda de Moebius del CEMI es obra del mismo Pavlov y de los artistas Vladímir Vasiltsov y Eleanor Zharenova. Se instaló aquí, en el extremo inferior izquierdo de la fachada principal, en 1978. El lado de este cuadrado, polígono que simboliza la seguridad y la igualdad tan propios del socialismo, mide de nuevo 12,8 metros. Esta composición, con una forma ciertamente muy parecida a un pabellón auditivo, es la que se ha popularizado como “oreja de Moebius”. Una demostración más de la conocida ironía de los ciudadanos moscovitas. También ha dado lugar a la denominación folclórica de esta institución: el “edificio de la oreja”. La banda de Moebius es una superficie de una sola cara y un solo borde que se puede construir fácilmente uniendo los extremos de una cinta de papel mediante un giro de 180º. Simboliza la infinitud del universo ya que se trata de una entidad matemática “cerrada”, “infinita” y “continua”, con las caras “interna” y “externa” de la banda original comunicadas sin necesidad de ningún salto. Este concepto de infinitud enlaza con el criterio arquitectónico de la doble dirección adoptado por Pavlov. La versión tridimensional de la banda de Moebius se denomina Botella de Klein y en su estructura, casi maquiavélica, no existe ningún espacio interior” ni “exterior”. Para no olvidar el lugar en el que nos encontramos, la “oreja de Moebius” del CEMI tiene dibujados en una parte de su borde único una colección de símbolos matemáticos. Entre ellos, los conceptos “máximoy “mínimo”, la letra griega sigma (que simboliza la operación “sumatorio”), el símbolo de desigualdad (“<”) y lo que parecen una parábola y un círculo, además de las letras griegas “psi”, “fi”, “xi” yípsilon”.

A lo largo de su historia sólo ha habido dos directores en el CEMI: N.P. Fedorenko, desde su inauguración hasta 1985, y V.L. Makarov, desde esa fecha hasta la actualidad. Makarov es una de las personalidades académicas cuyo cargo institucional sobrevivió a la desaparición de la Unión Soviética. Hoy en día el Instituto comparte su sede con la Nueva Escuela de Economía, la Universidad Estatal de Humanidades, la Escuela Internacional de Diseño y algunas empresas privadas. En algunos foros de internet los usuarios de este edificio comentan que el monumento de Pavlov, Vasiltsov y Zharenova resulta muy práctico cuando tienen que recibir la visita de alguna persona externa a la institución. “¿Cómo puedo encontrar en CEMI?”, suelen preguntar. “Fácil, busca una oreja en su fachada”.

Con un punto rojo, la sede del Центральный экономико-математический институт АН СССР (Tsentral'nyy ekonomiko-matematicheskiy institut AN SSSR, en ruso transliterado). Está en la avenida Nakhimovskiy número 47, justo al lado del INION

 El CEMI en 1974 (lado izquierdo de la imagen, al fondo). Aún quedaban cuatro años para que finalizasen las obras

La Ухо Мёбиуса (Oreja de Moebius) en 1978, el año de su inauguración

 Fachada principal del CEMI en 1980

 El CEMI entre 1980 y 1985








 Imágenes actuales del Instituto Central de Economía y Matemáticas. La fachada principal se distingue bien de la posterior porque en la primera hay una escalera exterior. En una de las fachadas laterales se puede leer РАЙОН ЧЕРЕМУШКИ (Rayon Cheremushki), es decir, Distrito Cheremushki

 Incompensiblemente, frente al CEMI se ha construido un bloque viviendas que ha cortado la comunicación visual entre aquél y el INION. La intención inicial de todo el conjunto se ha perdido para siempre

 Placa conmemorativa en homenaje a Nikolái Prokofievich Fedorenko (1917-2006), primer director del CEMI




Algunos ejemplos de "banda de Moebius"

jueves, 5 de febrero de 2015

Arde en Moscú una de las bibliotecas más importantes de Rusia: el Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales (INION)


La ciudad de Moscú tiene una relación especial con el fuego. Hasta seis veces se ha quemado a lo largo de su historia. En 1238 y 1382 los kanes mongoles Batú y Tojtamish, respectivamente, la redujeron a cenizas. La coincidencia en los dígitos de estas dos fechas podría sugerir a más de uno que las causas fueron divinas y no militares. Un siglo después, en 1943, un descuido con una vela en una iglesia del Arbat arrasó la ciudad. En el año 1547 veinticinco mil casas sucumbieron al fuego en pleno reinado de Iván el Terrible. Y la guerra contra los polacos de 1612, eternos enemigos de Rusia, acabó en otro infierno de proporciones bíblicas. El último gran fuego lo provocaron los propios moscovitas en 1812 para repeler a las tropas invasoras de Napoleón. Más adelante ha habido otros siniestros puntuales que también han pasado a la historia. Por ejemplo, el incendio de 1977 en el desaparecido hotel Rossía, con 42 víctimas mortales. También el del año 2000 en la torre de televisión de Ostankino, que aún continúa en pie. Y el de 2004 en el Manezh o Picadero junto a la plaza Roja. 

La maldición del fuego ha vuelto de nuevo a Moscú. El pasado viernes 30 de enero un incendio de gran magnitud convirtió en humo y cenizas buena parte del valioso material que había en el interior del Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales, INION en su acrónimo en ruso. El fuego, declarado la noche del viernes, hundió la mitad del techo de la planta superior de esta prestigiosa biblioteca, una de las más grandes de Rusia, y arrasó 1.000 de los 2.000 metros cuadrados de superficie donde se almacenaban, entre otros libros, antiguos textos eslavos y otros documentos históricos de gran valor. La biblioteca INION contenía una colección de catorce millones de materiales repartidos en libros, revistas, folletos, microfilms, etc. Algunos estaban escritos en lenguas orientales rusas antiguas y modernas. Sólo una pequeña parte había sido digitalizada a lo largo de los últimos años (unos 7.000 documentos). Se da por perdido un 20% del fondo.

Generalmente, la noticia de la demolición de un edificio soviético, o la publicación de algún reportaje gráfico sobre el mal estado de una antigua factoría, son el detonante para descubrir joyas de la arquitectura de la URSS que habían caído en el olvido durante las dos últimas décadas. En este caso, el infortunado siniestro nos permite descubrir esta maravilla calificada como una de las mejores obras de la arquitectura soviética de todos los tiempos y uno de los cien objetos más importantes de la arquitectura de Moscú en el siglo XX. 

La biblioteca de la Academia Socialista de Ciencias Sociales fue fundada en 1918 en plena Guerra Civil Rusa. Más adelante, en su nombre oficial se cambió la denominación 'Socialista' por la de 'Comunista'. El INION se creó en 1969 a partir de la Biblioteca Fundamental de Ciencias Sociales de la URSS 'Académico V.P. Volguin'. El edificio de la Nakhimovskiy prospekt 51/21, inaugurado ese mismo año, es obra de los arquitectos Yakov B. Belopolsky (1916-1993), Efim P. Vulyh (1916-1982) y Leo V. Misozhnikov (1935-2010). Fue diseñado según los cánones del 'brutalismo', un estilo arquitectónico surgido en la Europa de posguerra, a partir del Movimiento Moderno, y que tuvo su apogeo entre 1950 y 1970. El término proviene de la expresión francesa 'béton brut' o 'hormigón crudo', término acuñado por Le Corbusier para referirse a los materiales elegidos y que el británico Reyner Banham tradujo como 'brutalism'. A partir de ese momento el nuevo movimiento arquitectónico quedó ligado al concepto de 'materiales en bruto'. Los edificios 'brutalistas' se caracterizan por las geometrías angulares repetitivas y también por las texturas ásperas del hormigón, debido a los moldes de madera que se utilizan. Otra de sus características es que los materiales estructurales se pueden apreciar desde el exterior. En el caso del INION, sus creadores se inspiraron en las soluciones arquitectónicas del finlandés Alvar Aalto, sobre todo en lo relativo a la iluminación natural a través de claraboyas y en la idea de crear un 'templo de la ciencia'. Este ideario es perfectamente perceptible en la biblioteca que nos ocupa. El edificio surge de la unión de dos prismas rectangulares, uno ancho y otro estrecho, que forman una “L”. Tiene tres plantas. El exterior de las dos primeras, cubiertas de vidrieras, está rodeado por una densa hilera de columnas o “costillas”. Una estructura que ensombrece y dota de solidez a la 'base' del edificio. La planta tercera, revestida de una cinta de vidrio, descansa sobre todo ese soporte. Un largo puente conduce desde la calle hasta las escaleras de entrada, a las cuales se accede traspasando un arco de hormigón. Frente a la fachada principal hay un estanque artificial cuyas aguas son utilizadas para refrigerar el edificio. El interior del piso superior está iluminado mediante claraboyas redondas insertadas en el techo, las cuales permiten el paso de luz natural y confieren a todo el espacio una apariencia “cósmica”, de “paz celestial” y de “santuario de ascetismo científico”. La horizontalidad de esta sala de lectura remite a la igualdad democrática del socialismo, donde todo el mundo, estudiantes y académicos, ocupan el mismo lugar en un espacio uniforme. El INION forma parte de un conjunto de edificios relacionados con el conocimiento científico. Junto a él están el Instituto Central de Economía y Matemáticas y la Biblioteca Central de Medicina.

Desde su creación, sólo ha tenido tres directores: El orientalista Lev P. Delyusin (1970-1972), el economista Vladímir A. Vinogradov (1972-1998) y desde 1998 ocupa ese cargo Yuri S. Pivovarov. Vinogradov fue director de la institución en tiempos soviéticos (conoció cuatro secretarios generales del PCUS) y también en la etapa postsoviética, lo cual demuestra que la ciencia rusa no está tan politizada como en otras culturas.

Esperemos que el gran prestigio de este Instituto de Investigación facilite la pronta restauración del inmueble y la recuperación de la actividad que tenía antes del incendio.



 El INION (punto rojo) se encuentra en la Nakhimovskiy prospekt número 51/21, en el distrito Lomonovsky, cerca de la Universidad de Lomonósov (flecha blanca)


 El Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales (ИНСТИТУТ НАУЧНОЙ ИНФОРМАЦИИ ПО ОБЩЕСТВЕННЫМ НАУКАМ,
INSTITUT NAUCHNOY INFORMATSII PO OBSHCHESTVENNYM NAUKAM en ruso transliterado) fotografiado en 1974

 El INION en algún momento entre 1974 y 1982

 El edificio en construcción que aparece detrás es el Instituto Central de Economía y Matemáticas. Incomprensiblemente, hace algunos años se levantó un bloque de viviendas entre este edificio y el INION, rompiendo todo el conjunto. La imagen es de 1975-76

 Ídem



 Tres fotografías del INION realizadas, respectivamente, entre 1976 y 1978, entre 1978 y 1983 y a comienzos de los años ochenta. Tras la desaparición de la URSS, en los alrededores de este lugar se construyó de forma masiva, acabando con el equilibrio urbanístico definido en su diseño











 Imágenes actuales del INION. Se pueden ver claramente los elementos que definen el 'brutalismo': la repetición de geometrías angulares, la iluminación natural de la planta superior, la textura áspera del hormigón. El 'costillar' en las plantas inferiores confieren una solidez a la estructura con la que es posible imaginar que la tercera planta 'descansa' con ligereza sobre ellas. La luminosidad en esta parte del edificio es realmente "celestial"










  Imágenes publicadas en English Russia con el incendio del viernes 30 de enero. Las tareas de extinción duraron hasta la mañana del sábado