sábado, 8 de julio de 2023

El apartamento de Kim Philby en Moscú

 
Desde su deserción y huida a la URSS en enero de 1963 hasta su fallecimiento en Moscú el 11 de marzo de 1988, el lugar donde se encontraba el domicilio del agente del KGB Harold Adrian "Kim" Philby fue considerado un secreto de Estado. Todo el mundo sabía que vivía en un apartamento de la capital soviética pero nadie (mejor dicho, casi nadie) conocía a ciencia cierta cuál era su dirección. Ni siquiera su família en Inglaterra tenía constancia de sus señas exactas. Tal como contó su nieta Charlotte Philby en un artículo publicado en The Independent en 2010, cuando de pequeña ella y sus padres viajaban a Rusia para visitar al abuelo Kim, un coche de los servicios secretos soviéticos los conducía desde el aeropuerto hasta su casa no sin antes dar un largo rodeo por la ciudad para despistar a posibles perseguidores. Y seguramente a ellos mismos.
 
Tras el fallecimiento de Philby, el apartamento pasó a manos de su viuda, Rufina Pukhova. A partir de entonces, y sobre todo tras la desaparición de la Unión Soviética en 1991, tan solo tres años después de su muerte, el nombre de la calle donde había vivido dejó de ser una información confidencial y se convirtió en material para historiadores.
 

Fotografía de 1994-1995
 
El ultrasecreto apartamento que en 1963 le fue asignado a Philby aún existe en la actualidad. Se trata de un piso de ciento veintitrés metros cuadrados situado en un edificio en el número 6 del pasaje Trekhprudniy, a poco más de doscientos metros de la plaza Pushkinskaya. Dicho edificio está ubicado "físicamente" al final de un pasaje sin salida llamado Malyy Kozikhinskiy, aunque como dirección postal toma prestado el nombre de la adyacente Trekhprudniy pereulok, un rompecabezas bastante habitual en el intrincado nomenclátor urbano de Moscú. Si las autoridades soviéticas pretendían mantener a Philby a resguardo de miradas indiscretas, con este apartamento lo lograron plenamente.
 


El que fuera apartamento de Philby se halla a poca distancia de algunos puntos de la ciudad que tuvieron alguna relación significativa con su vida en Moscú. A solo un par de calles en dirección norte se encontraba el hoy desaparecido hotel Minsk (1), lugar en el que en 1967 se reunió con el periodista australiano Murray Sayle para conceder la primera entrevista a un medio occidental tras su deserción. Sayle tampoco conocía el nombre de la calle en la que vivía Philby, así que acudió a la Tsentralny Telegraf (3) de la calle Gorki (actual Tverskaya), que era donde le dijeron que iba regularmente para recoger su ejemplar de The Times con los resultados de las competiciones de crícket, su gran pasión. Allí fue donde el periodista lo vio por primera vez, fácilmente reconocible por su "camisa de lana, corbata tejida y una especie de chaqueta deportiva".
 
Como ya se ha dicho más arriba, también cerca del apartamento se encuentra la plaza Pushkinskaya (2), en una de cuyas esquinas se le tomó a Philby la primera fotografía que se hizo pública tras su llegada a Moscú. La foto apareció en la portada del periódico gubernamental Izvestia, con el llamativo titular "Привет, мистер Филби" ("Privet, mister Philby"). Y no muy lejos de todos estos sitios se halla la antigua plaza Dzerzhinski (ahora llamada Lubyanka) (4), con el edificio administrativo que fue sede del KGB y que actualmente lo es de los servicios secretos de la Federación Rusa. Es probable que a lo largo de los años Philby hiciese muchas visitas a esas oficinas para encontrarse con sus colegas del aparato de seguridad del Estado.
 

Fotografía del interior del apartamento en los años ochenta, con un Philby ya anciano, y en 2010, cuando su nieta visitó a Rufina Pokhova

En este apartamento Kim Philby impartió seminarios a agentes encubiertos del KGB. En estos cursos simulaba ser un espía britànico que ofrecía sutilmente cierta información relevante que el alumno debía detectar y explotar "tirando del hilo". El nivel de exigencia era tan elevado que todos los aspirantes a espía acababan la jornada empapados en sudor. Finalizados los seminarios, Philby redactaba una serie de informes que eran enviados a los comandantes del Primer Directorio Principal del KGB, dedicado a operaciones extranjeras y actividades de inteligencia. Su criterio era certero, pero las autoridades soviéticas no siempre lo aceptaban con la confianza que su experiencia merecía. Por ejemplo, advirtió que un agente llamado Valery Kislov era muy capaz pero "imprevisible". Pese al aviso, Kislov fue enviado a Copenhague como espía residente. Allí se enamoró de una mujer casada, a la cual persiguió de forma obsesiva hasta el punto de desatender sus obligaciones en la embajada. Tuvo que ser retornado a la URSS, confirmando que en lo relacionado con la personalidad de los agentes, el punto de vista de Philby siempre era el acertado.
 
De aquellos seminarios han sobrevivido algunos ex alumnos de Philby que hoy en día se autodenominan, con gran sentido del humor, "Philbófilos". Entre ellos se encuentran antiguos miembros del KGB como Nikolái Dolgopolov (agente soviético en Francia), Yuri Kudimov (que trabajó en México encubierto como corresponsal de la revista Nóvoye Vremia), Vladímir Chernov (agente del KGB en Finlandia) y Mikhaíl Lyubimov (escritor expulsado del Reino Unido por espionaje).
 
Grupo de "Philbófilos" con Rufina Pukhova-Philby, frente a su apartamento
 
Tras la muerte de Philby su viuda quedó en una situación económica precaria. Ello la llevó a vender algunos efectos personales de Kim ("artefactos de espía", como los denominaban) a miembros de su grupo de seguidores. En 2008 solicitó ceder la propiedad al SVR (Servicio de Inteligencia Exterior, substituto en 1991 del Primer Directorio Principal). A cambio de dicha cesión Rufina pedía asistencia financiera vitalicia y el descongelamiento de la cuenta bancaria de Philby en Londres con 10.000 Libras Esterlinas. No consiguió ni lo uno ni lo otro. Ante tal situación, traspasó la titularidad del apartamento a su hermano Konstantín. Tras el fallecimiento prematuro de este último, la propiedad pasó a su viuda Natalya Pukhova.
 
En 2019, Rufina fue diagnostivada de cáncer. Sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida, los "Philbófilos" buscaron frenéticamente alguna forma de preservar el apartamento y las posesiones que contenía. Estas incluían una edición de 1850 de 'La Historia de la guerra de Crimea', libros raros robados por los Cinco de Cambridge de la biblioteca del Trinity College de Dublín, una pintura de Piranesi, muebles españoles del siglo XVII, alfombras persas antiguas hechas a mano, iconos ortodoxos, regalos de la Stasi de la RDA y del KGB búlgaro, una fotografía firmada del Che Guevara y un disco de hoquey sobre hielo procedente de un partido disputado por la selección de la URSS durante la Copa Izvestia de 1978.
 
Algunos "Philbófilos" sugirieron la idea de intentar convencer a Rufina para que los incluyera en su testamento, con el objetivo de convertir el mítico apartamento en un museo privado dedicado al ex agente británico. Otros propusieron celebrar una subasta cerrada, sin la presencia de espectadores ni periodistas, para así poder pactar las pujas. Como última solución, se pensó en pagar a la heredera, Natalya Pukhova, el precio de mercado de todas esas pertenencias. Nada surtió efecto. Veronika Krasheninnikova, directora del Instituto de Investigación de Política Exterior (FPRI), siguiendo órdenes del director del SVR Serguéi Naryshkin, tomó posesión de la vivienda y de todo su contenido. Krasheninnikova, graduada en el Instituto de Construcción Naval de Leningrado, es una mujer con un currículum extenso e impactante y una área de influencia que abarca desde empresarios norteamericanos hasta el mismísimo Vladímir Putin. Posee un apartamento valorado en 2,9 millones de dólares en el número 9 de la calle Tverskaya, antigua residencia de célebres académicos y generales soviéticos, y otro en la Residencia de Actores del Teatro del Arte de Moscú, en la calle Glinishchevskiy. Es, además, según las malas lenguas, la amante de Naryshkin. 
 
El 17 de mayo de 2021 falleció Rufina Pukhova-Philby. Había sobrevivido treinta y tres años a su marido. Veronika Krasheninnikova hizo trasladar cincuenta y cuatro objeto pertenecientes a Kim Philby al Museo de Inteligencia Exterior de Yasenevo, entre los cuales estaban su colección de pipas, su maletín, el disco de hoquey y el aparato de radio con el que escuchaba las "voces enemigas" llegadas del extranjero. La ceremonia contó con la presencia de Krasheninnikova, Seguéi Naryshkin y Mikhaíl Bogdanov, agente soviético amigo de Philby que en los años ochenta fue expulsado de Inglaterra.
 


Se desconoce a dónde fueron a parar los muebles antiguos, las alfombras persas y la colección de libros de Kim Philby. Lo único seguro es que después de la cesión de esos cincuenta y cuatro objetos al museo de Yanesevo, el piso del pasaje Trekhprudniy fue puesto a la venta y a principios de 2023 ya había lista de espera para adquirirlo. Su valor en el mercado es de aproximadamente un millon de dólares.


La página web de la inmobiliaria rusa Stone Bridge Estate publicita estos días "un apartamento de alquiler de tres habitaciones en el número 6 de la Trekhprudniy pereulok". El precio es de 130.000 rublos mensuales (unos 1.300 euros al cambio actual). No se trata del piso que habitó Philby porque, según la información ofrecida, su superficie es considerablemente inferior a la que tenía el apartamento de Kim y Rufina. Aunque las fotografías de la inmobiliaria nos muestran habitaciones decoradas de una forma bastante impersonal, su luz y las vistas a través de sus ventanas nos permiten imaginar cómo era el interior del espacio donde el espía británico residió a lo largo de esos veinticinco años de exilio en Moscú. El mismo espacio en el que su nieta Charlotte, en la década de los ochenta, correteaba de niña bajo la atenta mirada de su abuelo. Y que años más tarde, en 2010, volvió a visitar cuando Kim Philby era, según sus propias palabras, una presencia que se dejaba notar en todos los rincones de la casa.

Mayakovski