martes, 12 de abril de 2016

La tumba de Kim Philby en el cementerio de Kuntsevo (y su funeral en la sede del KGB)


"Como yo ya había planeado una nueva biografía de Philby, tomé nota de las áreas que debían ser reexaminadas y empecé a organizarme para poder ir a Moscú nuevamente a finales de mayo [de 1988]. El 11 de mayo llegó la noticia de que Philby había muerto. Había sido internado en el hospital quince días antes, pero se recuperaba y esperaba volver al hogar. La noche del 10 de mayo telefoneó a Rufa, que le había visitado aquella misma tarde, para ver si ya había regresado al piso porque el coche del KGB se había demorado. Parecía estar bien, pero a la mañana siguiente llamaron a Rufa desde el hospital para decirle que Philby había muerto apaciblemente a las 2 de la madrugada.

Mi primer pensamiento fue que cuando nos vimos ya sabía que pronto iba a morir, y que nuestras conversaciones habían tenido el carácter de un último testamento. Recordé lo que me había dicho cuando discutimos cómo publicaría yo nuestras conversaciones: «Lo dejo enteramente a su criterio pero, por lo que a mí respecta, cuanto antes mejor».

Por otra parte, cuando hablamos sobre su salud entró en detalles sobre su arritmia y lo fácilmente que se la podía tratar, y habló de cómo los médicos le habían dicho que «en tanto vigile las corriente de aire y no levante cosas pesadas -lo que me viene muy bien-, aún aguantaré unos años». Y, sin duda, no se comportaba como un hombre bajo sentencia de muerte. Estaba tan descansado que el famoso tartamudeo era casi inexistente; alguna duda ocasional una o dos veces en una velada, y nada parecido al grave problema del habla que describieron otros que lo había visto. Además, me dijo: «Estos últimos tiempos han sido los más felices de mi vida». Sólo puedo concluir que, si tenía alguna premonición de su muerte, ella no derivaba del conocimiento de alguna enfermedad inmediata.

El funeral de Philby tuvo lugar en un día muy claro, el viernes 13 de mayo. Comenzó en la Plaza Dzerzhinsky, donde reposó su cadáver todo el jueves en el anexo del KGB, junto al edificio principal (se hizo para que los colegas de Philby en el servicio que no desearan ser vistos junto a la tumba pudieran presentarle sus respetos). La cola de personas que deseaban darle un último adiós tardaba dos horas en llegar al ataúd, abierto a la manera soviética, con un paño rojo y claveles abundantes del mismo color. Desde allí, el cortejo se trasladó al cementerio militar de Kuntsevo, en las afueras, al oeste de Moscú, reservado para los oficiales de alta graduación y los ciudadanos soviéticos distinguidos.

Al compás de la marcha de Chopin, el cortejo, conducido por guardias fronterizos del KGB, avanzó hacia la tumba, en el extremo de una hilera de tumbas de generales soviéticos. El ataúd fue colocado sobre un plinto de hormigón cubierto de terciopelo y rodeado por trece coronas, todas con tarjetas que decían sencillamente que eran de «tus camaradas de armas». Sus medallas y condecoraciones fueron dispuestas sobre un almohadón rojo a la cabecera del ataúd. Hablaron cuatro oficiales del KGB. Todos hicieron eco a la encendida nota necrológica difundida por la agencia informativa Tass el día anterior, cuyo tema era que la carrera de Philby se había caracterizado por «su incansable lucha por la paz y por un futuro más brillante».

La guardia de honor efectuó tres disparos y una banda tocó el himno nacional soviético. Entre los presentes estaba Rufa y la suegra de Philby, su hijo John y su hija Josephine, que habían volado a Moscú desde Londres el jueves, y muchos de sus amigos y conocidos rusos y otros, incluido su ex colega, George Blake. La lápida de Philby tenía su fotografía (es una costumbre soviética), una estrella dorada y una inscripción en ruso que, traducida, decía simplemente: «Kim Philby, 1 . 01 . 1912 - 11 . 05 . 1988»."

(Knightley, P. (1988) Philby, Maestro de espías. Barcelona: Ediciones B, 1989, pp. 279-280)


"Philby falleció en un hospital de Moscú el 11 de mayo de 1988. Su funeral fue un acto suntuoso al que acudió una guardia de honor del KGB y durante el que se encomió su «incansable lucha en pro de la paz y un futuro mejor». Fue enterrado en el cementerio de Kuntsevo, a las afueras de Moscú. El servicio de correos soviético imprimió un sello en su honor. En 2011, la inteligencia rusa inauguró una placa en la que figuran dos rostros de Kim Philby mirándose de perfil, un monumento inconscientemente adecuado para un hombre de dos caras."

(Macintyre, B. (2014) Un espía entre amigos. La gran traición de Kim Philby. Barcelona: Ed. Crítica, 2015, p. 363)



  El sepulcro de Kim Philby se encuentra situado en el sector 9 del cementerio de Kuntsevo, cerca del tanatorio y de la calle Ryabinovaya. Justo en el centro de dicho sector se halla también la tumba del soldado desconocido 
(Fuente: http://www.moscow-tombs.ru/raznoe/kuntsevskoe/kuntsevskoe.htm)

  Cuenta Phillip Knightley que el funeral de Philby "comenzó en la Plaza Dzerzhinsky, donde reposó su cadáver todo el jueves en el anexo del KGB, junto al edificio principal (se hizo para que los colegas de Philby en el servicio que no desearan ser vistos junto a la tumba pudieran presentarle sus respetos). La cola de personas que deseaban darle un último adiós tardaba dos horas en llegar al ataúd, abierto a la manera soviética, con un paño rojo y claveles abundantes del mismo color". Dicho edificio es, casi con toda seguridad, el Centro de Computación del KGB, construido entre noviembre de 1985 y julio de 1987 a la derecha de la Lubyanka, en los números 3/6 del pasaje Lubyanskiy. Actualmente es la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB). En la rotonda que se ve en la fotografía estuvo instalada la célebre estatua de Félix Dzerzhinski 

Knightley continúa: "el cortejo se trasladó al cementerio militar de Kuntsevo, en las afueras, al oeste de Moscú, reservado para los oficiales de alta graduación y los ciudadanos soviéticos distinguidos. Al compás de la marcha de Chopin, el cortejo, conducido por guardias fronterizos del KGB, avanzó hacia la tumba, en el extremo de una hilera de tumbas de generales soviéticos. El ataúd fue colocado sobre un plinto de hormigón cubierto de terciopelo y rodeado por trece coronas, todas con tarjetas que decían sencillamente que eran de «tus camaradas de armas». Sus medallas y condecoraciones fueron dispuestas sobre un almohadón rojo a la cabecera del ataúd. Hablaron cuatro oficiales del KGB. (...) La guardia de honor efectuó tres disparos y una banda tocó el himno nacional soviético. Entre los presentes estaba Rufa y la suegra de Philby, su hijo John y su hija Josephine, que habían volado a Moscú desde Londres el jueves, y muchos de sus amigos y conocidos rusos y otros, incluido su ex colega, George Blake". Su nieta Charlotte Philby relató en un artículo de 2010 los estúpidos y falsos rumores que circularon sobre el comportamiento de su padre, John Philby, durante el funeral (que se presentó borracho sujetando una bolsa llena de botellas con bebidas alcohólicas)

 

La tumba de Kim Philby en el cementerio de Kuntsevo. Tal como mandaba la tradición funeraria soviética, sobre la lápida se inscribieron su nombre y su fotografía

 Sello conmemorativo impreso por el servicio postal soviético en 1990, un año antes de la desaparición de la URSS

 Fotografía del homenaje póstumo a Kim Philby celebrado en Moscú el 9 de diciembre de 2010 (no en 2011, como aparece en el libro de Ben Macintyre). En la pared del centro de prensa del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) se puede ver la "placa en la que figuran dos rostros de Kim Philby mirándose de perfil, un monumento inconscientemente adecuado para un hombre de dos caras", en palabras del periodista y escritor británico

 Su nieta Charlotte depositando flores sobre la tumba, antes de escribir el artículo The spy who loved me: Charlotte Philby returns to Moscow in search of her grandfather Kim Philby publicado en 'The Independent' el sábado 6 de marzo de 2010



 Noticia sobre el fallecimiento de Kim Philby publicada en el diario La Vanguardia el 12 de mayo de 1988, en las páginas 5 (el obituario) y 6 (el reportaje). Ya en aquel entonces se contaba con mucha información sobre lo sucedido en enero de 1963 tras su deserción



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