Mostrando entradas con la etiqueta Dolores Ibárruri "Pasionaria". Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dolores Ibárruri "Pasionaria". Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de abril de 2015

La Pasionaria sobre el Mausoleo de Lenin

Ir a la entrada anterior con el tema 'Sobre el Mausoleo de Lenin'

Pocos españoles gozaron del privilegio de poder presenciar un acto oficial del gobierno soviético desde lo alto del balcón del Mausoleo de Lenin, en la plaza Roja de Moscú. Pocos o quizás ninguno excepto la persona que aparece en esta fotografía en quinto lugar, comenzando por la izquierda: Dolores Ibárruri Gómez "La Pasionaria". El acto oficial fue, en aquel caso, el funeral de Stalin.

Iósif Vissariónovich Dzhugashvili falleció el 5 de marzo de 1953 después de haber sufrido, cuatro días antes, un derrame cerebral. Su cuerpo embalsamado fue depositado en el Mausoleo de la plaza Roja, junto al de Lenin, el día 9 de aquel mismo mes. Esa es la fecha en la que se tomó esta fotografía histórica. A lo largo de aquellas jornadas de luto se llevó a cabo en Moscú el funeral más fastuoso y multitudinario de la historia de la Unión Soviética, con todo el ritual mortuorio propio de aquellos tiempos: velatorio en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos, traslado a pie hasta la plaza Roja bordeando el hotel Moscú e inhumación en la necrópolis del Kremlin. Para equiparar la mitificación de ambos líderes bolcheviques, en la inscripción del Mausoleo se añadió el nombre de Stalin justo debajo del de Lenin, fallecido 29 años antes. Sin embargo, como consecuencia del proceso de "desestalinización" desatado por Jrushchev en 1956, el cuerpo de Iósif Vissariónovich fue retirado de este lugar el 31 de octubre de 1961 y trasladado a una tumba individual que hay justo detrás del Mausoleo, donde aún permanece enterrado hoy en día. El nombre de Stalin también desapareció del mármol de la cripta sagrada del comunismo.

Dolóres Ibárruri vivió exiliada en Moscú durante todo el período franquista, entre 1939 y 1977. Tras la muerte de José Díaz en 1942 (se suicidó en un sanatorio de Tiflis debido al cáncer que padecía) Pasionaria fue nombrada Secretaria General del Partido Comunista de España (PCE), cargo en el que permaneció hasta su dimisión en 1959, cuando pasó a ser Presidenta del Partido y Santiago Carrillo se convirtió en el nuevo Secretario General. Durante esos treinta y ocho años de ostracismo en la Unión Soviética Ibárruri residió brevemente en algunas ciudades europeas, como París, entre 1945 y 1948, o Bucarest. Además, viajó en incontables ocasiones (a Yugoslavia, Italia, Cuba, Suiza, etc.) para proseguir con la actividad política que la caracterizó a lo largo de toda su vida. Fue en calidad de Secretaria General del PCE y figura mítica del movimiento comunista internacional por lo que presenció el funeral de Stalin desde un lugar tan privilegiado.

Las personas que aparecen en la fotografía sobre el Mausoleo de Lenin son (de izquierda a derecha): Gheorghe Gheorghiu-Dej (1901-1965), Secretario General del Partido Comunista Rumano y, en aquel momento, Primer Ministro; Boleslaw Bierut (1892-1956), Secretario General del Partido Obrero de Polonia y también Primer Ministro de su país; Pak Den Ai (1907), Secretaria General del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte; Walter Ulbricht (1893-1973), Primer Secretario del Parido Socialista Unificado de Alemania (RDA); Dolores Ibárruri (1895-1989), Secretaria General del PCE; Otto Grotewohl (1894-1964), Ministro-presidente de la República Democrática Alemana; Vulko Velev Chervenkov (1900-1980), Secretario General del Partido Comunista de Bulgaria y Primer Ministro; Mátyás Rákosi (1892-1971), Secretario General del Partido de los Trabajadores Húngaro y Presidente del Consejo de Ministros; Pietro Nenni (1891-1980), Secretario General del Partido Socialista Italiano; Palmiro Togliatti (1893-1964), Secretario General del Partido Comunista Italiano; Jacques Duclos (1896-1975), Secretario General provisional del Partido Comunista de Francia (mientras Maurice Thorez se recuperaba de una enfermedad coronaria); Klement Gottwald (1896-1953), Secretario General del Partido Comunista de Checoslovaquia y Presidente de la República (falleció 5 días después de posar para esta fotografía); Nikolái Aleksándrovich Bulganin (1895-1975), miembro del Presidium del CC del PCUS (antiguo Politburó) y Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS; Viacheslav Mijáilovich Molotov (1890-1986), Ministro de Asuntos Exteriores caído en desgracia años atrás pero que el día 5 de marzo había sido restituido en el cargo; Kliment Efrémovich Voroshílov (1881-1969), ex Comisario del Pueblo de Defensa y miembro del Presidium del CC del PCUS; Gueorgui Maksimiliánovich Malenkov (1902-1988), miembro del Secretariado del PCUS y Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, cargo equivalente al de Primer Ministro (nombrado al día siguiente de la muerte de Stalin, quien le había retirado su confianza meses antes de su fallecimiento); Nikita Serguéievich Jrushchov (1894-1971), miembro del Secretariado del PCUS  (seis meses más tarde se convirtió en el Primer Secretario del Partido); Lavrenti Pávlovich Beria (1899-1953), miembro del Presidium del CC del PCUS, Comisario del Pueblo para Asuntos Internos y Jefe del NKVD (en diciembre de ese mismo año fue ejecutado); Maksim Zajaróvich Saburov (1900-1977), miembro del Presidium del CC del PCUS (el día de la muerte de Stalin había sido destituido como Presidente del Gosplan -el Comité Estatal de Planificación- aunque fue rehabilitado tres meses después); Zhou Enlai (1898-1976), Primer Ministro de la República Popular China; Mijaíl Gueorguiévich Pervujin (1904-1971), miembro del Presidium del CC del PCUS (futuro Presidente del Gosplan, Ministro de la Industria Química y Embajador en la RDA, en este orden); Lázar Moiséyevich Kaganóvich (1893-1991), miembro del Presidium del CC del PCUS y nombrado al día siguiente de la muerte de Stalin Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS; Nikolái Mijáilovich Shvérnik(1888-1970), Presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS (fue destituido del cargo seis días después de tomarse esta foto aunque más adelante fue nombrado por Jrushchev jefe de la comisión para la rehabilitación de las víctimas del estalinismo); y Anastás Hovhannesi [Ivánovich] Mikoyán (1895-1978), miembro del Presidium del CC del PCUS que había sido defenestrado por Stalin y que a punto estuvo de acabar "purgado" junto a Malenkov y otros miembros del Partido (la repentina muerte del líder soviético lo impidió).

Si los datos biográficos son correctos, la única persona en la foto que aún sigue con vida en la actualidad es la norcoreana Pak Den Ai, con 108 años de edad. Fue, junto con Pasionaria, una de las dos únicas mujeres que subieron al Mausoleo ese día. Nadie más entre los presentes llegó a ver el final de la Unión Soviética. Ibárruri murió tres días después de la caída del Muro de Berlín y Lázar Kaganóvich falleció tan solo cinco meses antes de la desaparición de la URSS


 La vida de Dolores Ibárruri está íntimamente ligada a Moscú (donde residió) y a la Unión Soviética. No sólo por sus convicciones políticas y por su prolongado exilio en ese país durante casi cuatro décadas, sino porque junto a ella permaneció su hija Amaya, quien acabó casándose con un militar del Ejército Rojo y dándole nietos nacidos todos en la URSS. Pero sobre todo porque en Volgogrado reposan los restos de su querido hijo Rubén, muerto en la Batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial. Los otros cuatro hijos de Pasionaria habían fallecido en España en 1919, 1923, 1925 y 1928.

Comenzando con la Wikipedia, en internet existen muchas páginas web con datos sobre su hijo que son completamente erróneos y que conviene aclarar. El teniente mayor Rubén Ruiz Ibárruri, de la 35 División de la Guardia, no murió en la Estación Central de Stalingrado y sus restos no reposan en el Mamáyev Kurgán, la colina con el extraordinario monumento dedicado a los héroes de la batalla que tuvo lugar durante el invierno de 1942-43. Ruiz Ibárruri fue herido en septiembre de 1942 (en los inicios de la confrontación) durante unas escaramuzas contra los alemanes en una estación ferroviaria de la periferia de la ciudad. Falleció el 14 de ese mismo mes después de permanecer ingresado en un hospital situado en una aldea cercana, donde fue enterrado. Hacia finales de 1948 sus restos fueron trasladados a la ciudad de Stalingrado e inhumados, de forma excepcional, en la Avenida de los Héroes Mártires, muy cerca del monolito y de la llama eterna en memoria de los caídos por la Revolución y en defensa de la Unión Soviética contra la agresión nazi. La mayoría de los habitantes de Volgogrado (renombrada así en 1961) conocen y recuerdan la figura de Ruiz Ibárruri y el hecho de que está enterrado en esta avenida. Así mismo, el historiador Juan Avilés Farré dejó constancia de este hecho en su libro "Pasionaria. La mujer y el mito" (Random House Mondadori, 2005). Si en alguna de las muchas facultades que hay en la ciudad se menciona la palabra "España", es bastante probable que incluso hoy en día alguien responda, puño en alto, con un contundente "¡No pasarán!", expresado con un marcado acento ruso.

En la primera imagen, Dolores Ibárruri pronuncia un discurso en la ciudad de Stalingrado, tras el final de la Segunda Guerra Mundial. En la segunda, a juzgar por su gesto y la actitud de la gente que la acompaña, contempla la tumba de Rubén después del traslado de sus restos en 1948. La lápida que había en ese momento seguramente era provisional porque no se corresponde (ni por la posición ni por la forma) con el monumento que podemos contemplar hoy en día



 La tumba de Rubén Ruiz Ibárruri (señalada en el mapa con un punto rojo) está situada en la parte central de la Avenida de los Héroes Mártires de Volgogrado, entre la calle de la Paz ("Mira") y la avenida V.I. Lenin. Justo al lado se encuentran el obelisco que data de los tiempos de la Revolución de Octubre, la llama eterna, el mítico hotel Volgogrado y los Almacenes Univermag
(Fotografías personales del autor del blog de septiembre de 2011)

 Imagen de la Estación Central de Volgogrado, la terminal de tren donde NO murió el hijo de Pasionaria
(Fotografía personal del autor del blog de agosto de 2006)


Fotografías del Mamáyev Kurgán y de su memorial (con los nombres de los caídos en combate escritos en la pared), el lugar donde NO está enterrado el teniente Rubén Ruiz
(Fotografías personales del autor del blog de septiembre de 2011)

(Fuentes: Google Maps [13/04/2015] y http://retrofonoteka.ru/exebit/stalin/dead/stalin_dead.htm)

martes, 29 de julio de 2014

Diario de un sovietófilo (Capítulo I)

Entre las Olimpiadas, Radio Moscú y Gorbachov

No recuerdo cuándo me convertí al sovietismo. O quizás debería decir a la sovietofilia. No fue influencia de nadie ni de nada en concreto. En mi casa no se hablaba de política, nos considerábamos de izquierdas por una cuestión más identitaria que ideológica. Mis padres votaban a la socialdemocracia porque Felipe González era joven, de origen obrero y encarnaba el cambio. Pero por nada más. Mis primeros recuerdos sovietófilos datan de los años ochenta. Recuerdo haber sentido una mezcla de curiosidad y admiración viendo por la televisión imágenes fugaces de los desfiles militares en la plaza Roja, cuando la URSS era algo lejano y pretendidamente malo. Y precisamente este hecho hacía de ese país un lugar atractivo. Algo considerado lejano y malo desde la perspectiva de una cultura protoconsumista y mediocre, como lo era la nuestra, se convertía para mí en lo más parecido a un paraíso inalcanzable.

En una ocasión un compañero de colegio se rió de mí porqué en el patio de la escuela alabé la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de 1980. La imagen del osito Misha ascendiendo por los cielos moscovitas me pareció lo más majestuoso y enternecedor que había visto en mi vida. Sin embargo, él lo calificó de cursi. En aquel entonces sentía una cierta lástima por las gentes de la URSS porque nuestros medios de comunicación los trataban con un enorme desdén. Nuestra sociedad etnocéntrica hablaba de ellos con arrogancia y desprecio. Muchas películas de la época incidían una y otra vez en la perversidad de aquel lugar y del régimen que lo sostenía. Solamente los sovietófilos como yo creíamos que ese lenguaje insultante escondía la malévola intención de ocultarnos una realidad social maravillosa donde era posible ser feliz. Y esa manipulación nos parecía despreciable. Pero éramos muy pocos los que pensábamos así. Al primero que conocí con tales pensamientos fue a un compañero de clase que el día en que murió el entonces secretario general del PCUS (no recuerdo si Andrópov o Chernenko) se presentó en la escuela con un brazalete negro en una de sus mangas. Me pareció lo más admirable que había visto hacer a una persona de carne y hueso. Nosotros estábamos convencidos de que la URSS era la encarnación de lo bello, humilde, puro y honrado. Mi desafecto con mi entorno social inmediato y mi total desarraigo de la cultura en la que vivía hicieron que me sintiera como un emigrante lejos de una patria que, de hecho, nunca llegué a conocer in situ. Recuerdo también que por esas fechas me regalaron un número de la serie de cómics Mortadelo y Filemón ambientado en los Juegos Olímpicos de Moscú. Allí aprendí que el dirigente soviético se llamaba “Leónidas”. Lo de Brézhnev me costó un poco más. El tebeo me pareció un poco absurdo, daba vueltas y más vueltas a los tópicos y lugares comunes de siempre. Se reía de los soviéticos, como lo hacía todo el mundo.

El resto de recuerdos se ha ido borrando de mi memoria. Sólo han sobrevivido esas impresiones proustianas que vuelven a mí cada vez que leo algo referido a aquel momento de la historia. Y así fue pasando el tiempo, soñando despierto, escuchando en la oscuridad de mi habitación alguna que otra emisión de Radio Moscú y deseando formar parte algún día de todo aquel invento llamado Unión Soviética.

Hasta que llegó él: Mijaíl Serguéyevich Gorbachov. El hombre que tenía que poner las cosas en su sitio. No podía imaginar en aquel momento, con mis quince años recién cumplidos, que todo aquello era el principio del fin. 

Mayakovski

 Portada de El País del 12 de noviembre de 1982, anunciando el fallecimiento de "Leónidas Ilich Breznev". En aquellos tiempos era habitual que las noticias llegasen con uno o dos días de retraso desde el otro lado del Telón de Acero (Brézhnev había muerto el miércoles día 10). El diario anunciaba que la muerte del secretario general del PCUS había sido acogida por la población con "indiferencia y absoluta calma" y que no se "detectaba" en Moscú "ningún dispositivo especial de seguridad". Así mismo comunicaba que el cadáver de Brézhnev sería expuesto en la sala de las columnas del "Palacio" de los Sindicatos para luego ser enterrado en la muralla del Kremlin, "lugar reservado a los héroes de la Unión Soviética". A continuación repasaba su mandato a lo largo de los últimos 18 años destacando que "desarrolló en el poder una política de estabilidad, alejado de la brutalidad estalinista". Finalmente, la portada acababa mencionando a algunas de las personalidades que habían hecho llegar su pésame a las autoridades soviéticas: Ronald Reagan, el rey Juan Carlos I y Dolóres Ibárruri. En la foto, Brézhnev junto a Yuri Andrópov, uno de los candidatos a substituirle junto con Chernenko y "Chevarnatse". La foto de la derecha muestra a ciudadanos soviéticos leyendo el anuncio oficial de la muerte del líder soviético en una de las ventanas de la agencia oficial Tass


Portada del cómic español que parodió las Olimpiadas de 1980, una de las pocas aproximaciones al mundo soviético dirigidas a la gente joven. Abajo, una imagen de Misha, la entrañable mascota de los Juegos Olímpicos. Aparte de funerales, desfiles y encontronazos militares con el mundo capitalista, la televisión retransmitió una imagen más amable de la Unión Soviética, pese al boicot protagonizado por los EE.UU.

miércoles, 28 de agosto de 2013

El hotel Lux (Central) y sus vecinos aristocráticos

"Moscú fue lugar de encuentro y formación de los revolucionarios comunistas de todo el mundo y el hotel Lux fue su principal lugar de habitación, hoy convertido en hotel y restaurante Central. Donde antes celebraban sus reuniones los revolucionarios de todo el mundo, hoy celebran sus bodas muchos matrimonios soviéticos y sus familiares. El histórico hotel Lux, lugar de residencia de Tito, Togliatti, Malraux, Ulbricht, Dimitrov, donde también estuvieron Alberto Sánchez, el gran escultor comunista español, Andreu Nin o Fernando Claudín en su etapa de jefe político de los comunistas españoles de Moscú, fue el resultado del acondicionamiento de los antiguos locales de la panadería Filipov, posteriormente convertida en un restaurante que figura en todas las guías internacionales del Moscú de antes de la revolución. El hotel Lux exige una mirada melancólica, como la Casa del Malecón o de la Ribera, porque algunos de sus prestigiosos huéspedes, caídos súbitamente en desgracia, podían pasar directamente de allí a la Lubianka o al destierro".

(Vázquez Moltalbán, M. (1990) Moscú de la Revolución. Barcelona: Ed. Random House Mondadori, 2005, pp. 106-107)


"La tercera casa vecina introduce otro nombre de la Rusia del siglo XIX: el panadero de la corte, Iván Filípov, protagonista de una anécdota no menos conocida que sus apetitosas saikas. En cierta ocasión, al partir una saika delante de Filípov, el zar Alejandro II encontró una cucaracha dentro del bollo. El panadero se la tragó al vuelo diciendo que era una pasa. '¡Cómo! ¡Hacéis saikas con pasas!', exclamó el zar. 'Por supuesto', se apresuró a asegurar el panadero, corriendo ya al horno para echar pasas en la masa. Desde entonces, las saikas de Filípov tuvieron aún más éxito y el feliz artesano abrió una panadería con un salón de té en la calle Tverskaya, lugar de encuentro de varias generaciones de moscovitas. El hijo de Filípov inauguró en el mismo edificio el Hotel Lux (ahora Central), utilizado durante los primeros años de la revolución como residencia de los líderes de la Internacional comunista. Allí vivieron Tito y Togliatti, Malraux y Dimitrov; por parte española, la herencia de Filípov les tocó a Andreu Nin, Alberto Sánchez y Fernando Claudín".

(Pigariova, T. (2001) Autobiografía de Moscú. Barcelona: Ed. Laertes, 2001, p.82)


"Después de viajar a Moscú para poner freno a la 'vergüenza' de los emigrantes que pretendían regresar, y antes de volver a París, Carrillo había organizado una intriga estalinista a gran escala. Dicha intriga adoptó la forma de un falso complot para asesinar a Dolores Ibárruri y Francisco Antón en el hotel Lux. Supuestamente, había sido urdido por Jesús Hernández y Enrique Castro Delgado con la ayuda de Líster y Modesto. Este fárrago absurdo resultó muy sencillo porque Hernández y Castro no estaban allí para desmentirlo, pues hacía mucho tiempo que habían sido expulsados del PCE. Según Líster, fue «inventado de todas piezas por él (Carrillo), pero matando dos pájaros de un tiro: aparecer como un decidido defensor del secretariado general del Partido y, principalmente, intentar ensuciar toda nuestra emigración en la Unión Soviética, calumniando y golpeando a toda una serie de camaradas que había pasado con honor, al lado del pueblo soviético, todas las tremendas dificultades de la guerra, mientras Carrillo y otros 'acusadores' dirigentes del Partido estaban viviendo tranquilamente la gran vida al otro lado del 'charco'».

El complot presuntamente había tenido lugar en la habitación que ocupaba Jesús Hernández en la sexta planta del hotel Lux. El sumario fue confeccionado por Fernando Claudín y Vicente Uribe, que inauguraron el 'juicio' el 25 de noviembre de 1947 convocando una reunión masiva de residentes españoles en Moscú. Ante la asamblea, cuyos integrantes no eran todos miembros del partido, se alineó a cinco líderes destacados para someterlos a una humillación ritual. Sus delitos eran la complicidad en el descontento de los emigrantes antisoviéticos y, más grave aún, el no haber desvelado el complot de Hernández y Castro para asesinar a La Pasionaria y Francisco Antón. Se les prohibió el acceso a cargos de responsabilidad del partido. Solo confesando sus 'errores' y aceptando su culpabilidad evitaron ser enviados a los campos y recalaron en la fábrica de coches Stalin en Moscú. Aunque fueron Claudín y Uribe los que llevaron a cabo la inquisición, el cerebro que se ocultaba detrás del 'complot del hotel Lux' era Carrillo".

(Preston, P. (2013) El zorro rojo: La vida de Santiago Carrillo. Barcelona: Ed. Random House Mondadori, 2013, pp. 140-141)

 El edificio del antiguo hotel Lux (o Central) está en el número 10 de la calle Gorki, actual Tverskaya (punto rojo). Se encuentra dos manzanas al Norte de la plaza Tveskaya (la antigua plaza Sovetskaya, en la parte inferior de la foto) y dos manzanas al Sur de la plaza Pushkin (en la parte superior). Por tanto, se halla a medio camino entre esas dos plazas emblemáticas de Moscú. El hotel hace esquina con un pasaje llamado actualmente Glinishchevskiy
(Fuente: Google Maps 27/08/2013)

 En este plano de 1980 hay un error interesante. El hotel Lux (llamado en el mapa Tsentral'naya Hotel) aparece indicado mediante su nombre junto a un pequeño cuadrado de color rojo. Sin embargo, dicho cuadrado está ligeramente desplazado hacia el Norte, en la esquina de la calle Gorki con el pasaje Kozitskiy, cuando la ubicación real del hotel se encuentra un poco más abajo (es el lugar hacia dónde apunta la flecha azul, en la esquina de la misma calle con el pasaje Nemirovicha-D). Este fallo es sorprendente porque el hotel Lux era uno de los lugares más conocidos de la ciudad, debido a su vinculación con los miembros de la Komintern. Y también uno de los más populares en la década de los ochenta porque allí se celebraban muchos convites de bodas. Difícilmente se puede tratar de un error tipográfico. Al final de este artículo hay una fotografía del edificio que aparece señalado en este plano, de forma errónea, como "Tsentral'naya Hotel"

 Fotografía del hotel Lux ("Luxe", según la imagen) después de su inauguración en 1911. En un principio se le llamó hotel Frantsiya y sólo tras el triunfo de la Revolución de Octubre fue rebautizado como hotel Lux(e). Por lo tanto, cabe pensar que esta foto es posterior a 1917. Los miembros del III Congreso Mundial de la Internacional Comunista llegaron a este lugar en junio y julio de 1921, inaugurando la tradición de ser la residencia de los comunistas extranjeros que acudían a la ciudad


 Dos fotografías del hotel Lux (rebautizado como "Central" en 1953) realizadas en los años 60 y 70. Resulta difícil encontrar imágenes del hotel anteriores a esas décadas, posiblemente por el carácter oficial de sus huéspedes. En 1933, año del ascenso al poder de Hitler, el edificio aumentó su altura en dos plantas. Fue la época en que muchos alemanes exiliados a la URSS se alojaron aquí. A partir de ese momento las condiciones de vida en este lugar se complicaron considerablemente debido a la presencia masiva de ratas, a la falta de agua caliente (las duchas tenían que ser usadas colectivamente) y a los fuertes olores de comida que impregnaban todos los rincones. Pero también fueron años de mucha camaradería entre sus residentes y de niños jugando en el 'hall' de la entrada mientras asistían a clases de alemán en el mismo edificio. Después llegarían las purgas de Stalin, entre 1934 y 1940. Algunas de las víctimas vivían en el Lux. Tras la invasión nazi en 1941 sus huéspedes fueron evacuados a otras ciudades. Regresaron al hotel al año siguiente y en 1945 el llamado 'Grupo Ulbricht', formado por preeminentes comunistas alemanes, retornó a su país con la misión de fundar la RDA. El carácter cuasi secreto de este sitio parece en cierta manera justificado. El hotel cambió de nombre coincidiendo con la muerte de Stalin


 Fotografías personales del autor del blog hechas en el mes de julio de 2007. En la segunda imagen se puede leer con claridad una inscripción con el año de inauguración del hotel (1911). Tras la desaparición de la URSS, muchas de las habitaciones fueron alquiladas como oficinas y sólo las de la parte superior se siguieron utilizando como habitaciones de hotel. Conservó el nombre de "Central" precisamente hasta el año 2007. Quizás por este motivo dicho nombre ya no aparecía en la fachada del edificio. Ese año sólo había un letrero con la dirección de una página web ("Hotel24.ru") junto al rótulo de un banco y otro de un restaurante italiano. Unos detalles que restaron el poco interés y encanto que le quedaba a este lugar. Paul Preston comenta en su libro que en la sexta planta (en la habitación de Jesús Hernández) se produjo el llamado "Complot del hotel Lux". Sin embargo, entre 1933 y 2007 el hotel sólo tuvo cinco plantas (si se cuenta la planta baja como planta cero)


 En la actualidad, la fachada del hotel Lux se encuentra tapada con una lona. Un 'holding' lo adquirió en 2007 y lo está convirtiendo en un establecimiento de lujo que se llamará "Mandarin Oriental Moscow", otro hotel para turistas ricos en plena calle Tverskaya. Es evidente que el edificio ha perdido altura, lo cual hace suponer que las dos plantas superiores han sido derribadas, recuperando así el aspecto que tenía en 1911. En la segunda imagen se pueden ver, al fondo, algunas torres del Kremlin. Aunque se conservará una parte de la fachada, el interior del hotel está siendo completamente remodelado. De esta forma, la esencia original del establecimiento llamado sucesivamente Frantsiya-Luxe-Tsentral'naya se puede dar por perdida, aproximadamente un siglo después de su inauguración
(Fuente: Google Street View 26/08/2013)


 A la izquierda del hotel Lux se hallan dos edificios ilustres. Justo al lado está el que aparece en las dos imágenes superiores: la Casa Bajrushin. Tatiana Pigariova dice de él que se trata de "una interesante muestra del modernismo moscovita, con balcones de hierro forjado apoyados en cabezas de mujer de larga cabellera". Sus propietarios, la familia Bajrushin, eran famosos por sus "obras benéficas". Donaron a la ciudad "más de cien hospitales, hospicios y casas de pisos baratos", además de "una colección convertida en el museo del teatro más importante"
(Fuente: Google Street View 27/08/2013)


 Dos edificios más al Norte (en la misma acera y en dirección hacia la plaza Pushkin) se encuentra la casa del supermercado Yeliséiev, inaugurado aquí en el año 1900 por el nieto de un antiguo siervo del conde Sheremétiev. Los padres de este tendero (Grigori Yeliséiev) fueron comerciantes con "barcos propios, almacenes de Jerez, Oporto y Burdeos, que compraban en España cosechas enteras de uva para hacer vino y venderlo en Europa". En un principio, esta casa del siglo XIX fue el "salón" de Zinaída Volkónskaya y en ella Pushkin y Muraviov acudieron para recitar sus poemas. Por lo demás, la mansión no tiene ningún interés desde el punto de vista revolucionario. Excepto por el hecho de que "desde esta misma casa salió hacia Siberia María Volkónskaya para compartir las penurias del exilio con su marido decembrista"
 (Fuente: Google Street View 27/08/2013)

 Entre esas dos reliquias del siglo XIX se encuentra este edificio, más moderno y funcional, con cierto aire constructivista (se parece ligeramente a algunos edificios de los años veinte, como la sede del Komsomol). En el plano de 1980 (ver el inicio de este artículo) se señala erróneamente este lugar como sede del hotel Central. Quizás escondía algún secreto que lo relacionaba con dicho hotel, el cual se encontraba realmente cincuenta metros más al Sur, en dirección hacia el Kremlin (a la derecha de la imagen aparece la Casa Bajrushin y a la izquierda el supermercado Yeliséiev)
(Fuente: Google Street View 27/08/2013)


En el siguiente enlace aparece una lista con los huéspedes más ilustres del hotel Lux entre 1917 y 1991: http://en.wikipedia.org/wiki/Hotel_Lux. Destacan, aparte de los mencionados por Pigariova y Vázquez Montalbán, el espía de la RDA Markus Wolf, el dirigente germano oriental Wilhelm Pieck, el espía soviético Richard Sorge, el comunista italiano Antonio Gramsci y el líder comunista alemán Ernst Thälmann.

En 2011, Leander Haussmann dirigió la película Hotel Lux, una comedia sobre las intrigas que se produjeron en este lugar durante las purgas de Stalin coincidiendo con el éxodo de comunistas alemanes a la URSS. Haussmann visitó el hotel en 2008 para estudiar las localizaciones durante la pre-producción del film. Posiblemente se trate de uno de los últimos visitantes del interior del desaparecido hotel Central. La película se filmó íntegramente en Alemania.