La
ciudad de Moscú tiene una relación especial con el fuego. Hasta
seis veces se ha quemado a lo largo de su historia. En 1238 y 1382
los kanes mongoles Batú y Tojtamish, respectivamente, la redujeron a
cenizas. La coincidencia en los dígitos de estas dos fechas podría
sugerir a más de uno que las causas fueron divinas y no militares.
Un siglo después, en 1943, un descuido con una vela en una iglesia del Arbat
arrasó la ciudad. En el año 1547 veinticinco mil casas sucumbieron
al fuego en pleno reinado de Iván el Terrible. Y la guerra contra
los polacos de 1612, eternos enemigos de Rusia, acabó en otro
infierno de proporciones bíblicas. El último gran fuego lo
provocaron los propios moscovitas en 1812 para repeler a las tropas
invasoras de Napoleón. Más adelante ha habido otros siniestros
puntuales que también han pasado a la historia. Por ejemplo, el
incendio de 1977 en el desaparecido hotel Rossía, con 42 víctimas
mortales. También el del año 2000 en la torre de televisión de
Ostankino, que aún continúa en pie. Y el de 2004 en el Manezh o
Picadero junto a la plaza Roja.
La
maldición del fuego ha vuelto de nuevo a Moscú. El pasado viernes
30 de enero un incendio de gran magnitud convirtió en humo y
cenizas buena parte del valioso material que había en el interior
del Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales, INION
en su acrónimo en ruso. El fuego, declarado la noche del viernes,
hundió la mitad del techo de la planta superior de esta prestigiosa
biblioteca, una de las más grandes de Rusia, y arrasó 1.000 de los
2.000 metros cuadrados de superficie donde se almacenaban, entre
otros libros, antiguos textos eslavos y otros documentos históricos
de gran valor. La biblioteca INION contenía una colección de
catorce millones de materiales repartidos en libros, revistas,
folletos, microfilms, etc. Algunos estaban escritos en lenguas
orientales rusas antiguas y modernas. Sólo una pequeña parte había
sido digitalizada a lo largo de los últimos años (unos 7.000
documentos). Se da por perdido un 20% del fondo.
Generalmente,
la noticia de la demolición de un edificio soviético, o la
publicación de algún reportaje gráfico sobre el mal estado de una
antigua factoría, son el detonante para descubrir
joyas de la arquitectura de la URSS que habían caído en el olvido
durante las dos últimas décadas. En este caso, el infortunado
siniestro nos permite descubrir esta maravilla calificada como una de
las mejores obras de la arquitectura soviética de todos los tiempos
y uno de los cien objetos más importantes de la arquitectura de
Moscú en el siglo XX.
La
biblioteca de la Academia Socialista de Ciencias Sociales fue fundada
en 1918 en plena Guerra Civil Rusa. Más adelante, en
su nombre oficial se cambió la denominación 'Socialista' por la
de 'Comunista'.
El
INION se creó en 1969 a partir de la Biblioteca Fundamental
de
Ciencias Sociales de la URSS 'Académico V.P. Volguin'. El
edificio de la Nakhimovskiy prospekt 51/21,
inaugurado ese mismo año, es obra de los arquitectos Yakov
B. Belopolsky (1916-1993), Efim
P. Vulyh (1916-1982) y Leo
V. Misozhnikov (1935-2010). Fue diseñado según los cánones del
'brutalismo', un estilo arquitectónico surgido en la Europa de posguerra, a partir del Movimiento
Moderno, y que tuvo su apogeo
entre
1950 y 1970. El término proviene de la expresión francesa 'béton
brut'
o 'hormigón crudo', término acuñado por Le Corbusier para
referirse a los materiales elegidos y que el británico Reyner Banham
tradujo como 'brutalism'.
A
partir de ese momento el nuevo movimiento arquitectónico quedó ligado al concepto de 'materiales en bruto'. Los
edificios 'brutalistas' se caracterizan por las geometrías angulares
repetitivas y también
por
las texturas ásperas del hormigón, debido a los moldes de madera que se utilizan. Otra
de sus características es que los materiales
estructurales se pueden
apreciar
desde el exterior. En el caso del INION, sus
creadores se
inspiraron en las soluciones arquitectónicas
del
finlandés Alvar Aalto, sobre todo en lo relativo a la iluminación
natural a través de claraboyas y en la idea de crear un 'templo de
la ciencia'. Este ideario es perfectamente perceptible en la biblioteca que nos ocupa.
El edificio surge
de la unión de dos prismas rectangulares, uno ancho y otro
estrecho, que forman una “L”. Tiene
tres plantas. El exterior de las dos primeras, cubiertas de vidrieras, está
rodeado
por
una
densa hilera de columnas o “costillas”. Una estructura que
ensombrece y dota de solidez a la 'base' del edificio. La planta tercera, revestida de una cinta de
vidrio, descansa sobre todo ese soporte. Un largo
puente conduce desde la calle hasta las escaleras de entrada, a las
cuales se accede traspasando un arco de hormigón. Frente a la
fachada principal hay un estanque artificial cuyas aguas son
utilizadas para refrigerar el edificio. El interior del piso superior está
iluminado mediante claraboyas redondas insertadas
en el techo, las cuales permiten
el paso de luz natural y confieren a todo el espacio una apariencia
“cósmica”,
de
“paz celestial” y de “santuario de ascetismo científico”.
La horizontalidad de esta
sala
de lectura remite a la igualdad democrática del socialismo, donde
todo el mundo, estudiantes
y
académicos, ocupan
el mismo lugar en un espacio uniforme. El
INION forma parte de un conjunto de edificios relacionados con el
conocimiento científico. Junto a él están el Instituto Central de
Economía y
Matemáticas
y la Biblioteca Central de Medicina.
Desde
su creación, sólo ha tenido tres directores: El
orientalista Lev
P. Delyusin (1970-1972), el
economista Vladímir A.
Vinogradov (1972-1998)
y desde
1998 ocupa ese cargo Yuri
S. Pivovarov. Vinogradov fue director de la institución en tiempos
soviéticos (conoció cuatro secretarios generales del PCUS) y
también en la etapa postsoviética, lo cual demuestra que la ciencia
rusa no está tan politizada como en otras culturas.
Esperemos
que el gran prestigio de este Instituto de Investigación facilite la
pronta restauración del inmueble y la recuperación de la actividad
que tenía antes del incendio.
El INION (punto rojo) se encuentra en la Nakhimovskiy prospekt número 51/21, en el distrito Lomonovsky, cerca de la Universidad de Lomonósov (flecha blanca)
El Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales (ИНСТИТУТ НАУЧНОЙ
ИНФОРМАЦИИ ПО ОБЩЕСТВЕННЫМ НАУКАМ,
INSTITUT NAUCHNOY
INFORMATSII PO OBSHCHESTVENNYM NAUKAM en ruso transliterado) fotografiado en 1974
El INION en algún momento entre 1974 y 1982
El edificio en construcción que aparece detrás es el Instituto Central de Economía y Matemáticas. Incomprensiblemente, hace algunos años se levantó un bloque de viviendas entre este edificio y el INION, rompiendo todo el conjunto. La imagen es de 1975-76
Ídem
Tres fotografías del INION realizadas, respectivamente, entre 1976 y 1978, entre 1978 y 1983 y a comienzos de los años ochenta. Tras la desaparición de la URSS, en los alrededores de este lugar se construyó de forma masiva, acabando con el equilibrio urbanístico definido en su diseño
Imágenes actuales del INION. Se pueden ver claramente los elementos que definen el 'brutalismo': la repetición de geometrías angulares, la iluminación natural de la planta superior, la textura áspera del hormigón. El 'costillar' en las plantas inferiores confieren una solidez a la estructura con la que es posible imaginar que la tercera planta 'descansa' con ligereza sobre ellas. La luminosidad en esta parte del edificio es realmente "celestial"
Imágenes publicadas en English Russia con el incendio del viernes 30 de enero. Las tareas de extinción duraron hasta la mañana del sábado
(Fuentes: http://englishrussia.com/2015/02/02/one-of-the-biggest-scientific-libraries-on-fire/, https://ru.wikipedia.org/wiki/Институт_научной_информации_по_общественным_наукам_РАН, http://onfoot.ru/photos/, http://moya-moskva.livejournal.com/3644334.html?thread=56866222, https://pastvu.com/, Google Maps (05/02/2015), http://architektonika.ru/ y http://es.wikipedia.org/wiki/Arquitectura_brutalista)
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