¡Iza la bandera de Marx, Engels, Lenin y Stalin! (Gustav Gustavóvich Klutsis, 1936)
La Revolución Rusa tuvo lugar hace cien años. El Museo Stedelijk conmemora su centenario con una exposición en la que se muestran carteles, documentos impresos, películas y obras de arte de su colección.
Tras la Revolución Rusa y la subsiguiente guerra civil (1917-1922), el régimen introdujo reformas económicas utilizando los pósters y las películas como poderosas herramientas de propaganda. Como forma de arte, el cine se desarrolló rápidamente después de la Revolución. Más de un centenar de películas fueron rodadas cada año en todo el mundo, incluyendo las películas de directores rusos como Serguéi Eisenstein y Dziga Vértov.
Los carteles –que se convirtieron en parte integral de la vida cotidiana– eran un medio atractivo para los artistas dedicados a la construcción de la sociedad socialista. Algunos pensaban que la caricatura satírica tradicional era la mejor manera de llegar al proletariado. Otros utilizaron técnicas de edición fotográfica y cinematográfica en un nuevo lenguaje visual constructivista. Se esperaba que el estilo del collage inspirara a la gente de la calle para atraerla activamente con las imágenes, y para que meditara de forma introspectiva sobre el mensaje transmitido. Pero esta esperanza pronto resultó infundada y, al darse cuenta de que el fotomontaje tenía un atractivo limitado para las masas, en 1932 Stalin lo rechazó como un «formalismo» oscuro, sustituyéndolo por el documental del Realismo Socialista que se centraba en el retrato heroico del nuevo hombre soviético.
El cartel político más antiguo de la colección del Museo Stedelijk, expuesto en esta muestra, es una orden para los soldados del Ejército Rojo que data de 1918. Se exhiben así mismo muchos otros pósters políticos producidos en su mayoría en los años 20 y 30. También exploran temas sociales las portadas de los libros que se editaban en la época y los tipos de imprenta utilizados entonces. Sin embargo, lo que marcó el punto álgido en la era de la Revolución fue una pintura de Kazimir Malévich (1917-1918) y la película “Octubre” (1927) de Serguéi Eisenstein, con la famosa escena del asalto al Palacio de Invierno en San Petersburgo.
La obra de Kazimir Malévich “Construcción en disolución” (1918) cuelga junto a una selección de carteles de películas. Esta misma galería cuenta también con la proyección de dos largometrajes: la comedia “The Three Million Trial” (1926) de Yákov Protazanov (que, a pesar de ser declarada demasiado occidental por la censura, no fue prohibida) y “Enthusiasm: Symphony of the Donbas” (1931) de Dziga Vértov, la primera cinta rusa con un montaje de audio creado con sonidos industriales y documentales.
Día Internacional de la Mujer Trabajadora (Valentina Nikifirovna Kulagina, 1930)
Entusiasmo: Sinfonía del Donbas (Dziga Vertov, 1931)
Hoyos (Anónimo, 1927)
Por la construcción del Socialismo bajo la bandera de Lenin (Gustav Gustavóvich Klutsis, 1936)
Saba (Anatoli Pávlovich Belsky y M. Chiaureli, 1929)
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