sábado, 16 de septiembre de 2017

Paisajes de la Revolución: El viaje de Lenin a Petrogrado en abril de 1917 (2ª parte)

Ir a la 1ª parte de 'El viaje de Lenin a Petrogrado en abril de 1917'
Ir a la entrada anterior sobre 'Paisajes de la Revolución'

"Lenin ha sobrepasado la revolución permanente de Trotski.

Si este programa no es aceptado, se le dará la palabra a las armas, convirtiéndose la guerra en una guerra revolucionaria generalizada. 

Los gobiernos francés e inglés le niegan a Lenin el derecho de tránsito que él solicita para llegar a Petrogrado. «No debemos enviar a Rusia a este bacilo de la peste», declara Churchill.

Martov le da a Lenin la idea de que solicite a Alemania el derecho de paso que le niegan los aliados de Rusia. 

(...)

Se establecen contactos con la embajada alemana de Berna por medio de Ganetski, agente del millonario Parvus, y del socialista ruso Robert Grimm, el cual consulta a Petrogrado, desde donde Chejeidze, Vera Figner y Kérenski le responden que «el viaje a través de Alemania y el principio de un canje entre emigrados rusos y prisioneros alemanes es imposible». (...)"

Alexander Parvus [seudónimo de Aleksandr Izráil Lázarevich Gelfand] (Berezinó / Bielorrusia, 1867 - Berlín, 1924) fue un polémico revolucionario socialdemócrata (menchevique) además de periodista, editor, economista, empresario y escritor marxista. Colaborador estrecho de Rosa Luxemburgo y Trotski, conoció a Lenin en Múnich en 1900 y escribió algunos artículos en el periódico «Iskra». Nunca se llegó a probar que Parvus financiase la Revolución de Octubre con siete millones de marcos, tal como afirmó en su día el gobierno provisional de Kérenski. Las desavenencias entre los socialistas alemanes y los bolcheviques sobre los términos del final de la Primera Guerra Mundial hicieron que Lenin, durante su viaje en tren a Petrogrado, se negase a reunirse con él en la escala que hizo en Estocolmo. Más adelante prohibió también la entrada de Parvus en la Rusia soviética, lo cual provocó que éste, a partir de ese momento, se convirtiese en un acérrimo crítico del nuevo régimen. Se retiró de la vida pública en una mansión de treinta y cuatro habitaciones construida en una isla alemana. Falleció a los 57 años de edad sin dejar ningún documento sobre su legado. Con el paso del tiempo se confirmó que, en efecto, había sido un agente secreto alemán

"(...) En nombre del gobierno provisional, Miliukok, a su vez, envía un cable: «Les pedimos a Londres y París que os dejen pasar». Pero está claro que estas maniobras son dilatorias y que en Petrogrado, los líderes políticos temen el retorno de aquel que puede romper la frágil entente de la democracia burguesa con un simple discurso.

Vladímir Ilich piensa que abandonar la revolución a sí misma es una traición mayor que tomar prestada una línea ferroviaria enemiga para acudir en su socorro. Encuentra un aliado en la persona del secretario general de partido socialista suizo, Fritz Platten. Tiene total confianza en este obrero metalúrgico de 34 años que fue agitador bolchevique en Riga en 1905 y luego arrestado y juzgado por los tribunales zaristas. Liberado previo pago de una fianza de 10.000 francos, recaudada entre los simpatizantes suizos, Platten se convirtió en socialista a tiempo completo y fue el organizador de las conferencias de Zimmerwald y de Kienthal. Ahora obtiene de los alemanes que pongan a disposición de Lenin y de una treintena de sus seguidores un vagón precintado, caballo de Troya bolchevique. «Sombría decisión», comenta Churchill. Las condiciones de Berlín son falsamente implacables: los emigrados no deben tener el menor contacto con los alemanes; ellos mismos se encargarán de su avituallamiento; en cuanto lleguen a Rusia se ocuparán de que se libere a tantos prisioneros de guerra como pasajeros viajen en ese vagón. (...)"

Fritz Platten (Tablat, Suiza, 1883 - Niándoma, URSS, 1942) fue un sindicalista suizo, revolucionario socialdemócrata y cofundador de la Internacional Comunista. Participó en la Revolución de 1905 en Rusia y en la Conferencia de Zimmerwald (Berna) celebrada en septiembre de 1915, tras la cual se afilió, en 1917, al Partido Comunista de Suiza (KPS). El 14 de enero de 1918 Platten se encontraba sentado en un vehículo junto a Lenin cuando éste fue objeto de uno de los varios atentados terroristas que sufrió a lo largo de su vida. En 1923 emigró a la Unión Soviética donde fundó una cooperativa agrícola en la población de Novaya Lava (en el Óblast Uliánovsk). A partir de 1926 vivió en Moscú, ejerciendo de profesor e investigador en el Instituto Agrario Internacional. Fue ejecutado en 1942 tras permanecer recluido durante cuatro años en un campo de trabajo. Rehabilitado por Nikita Jrushchov en 1956, hay un placa conmemorativa con su nombre en la fachada de la Universidad Estatal de Lenguas de Moscú, en el número 32 de la calle Ostozhenka


"(...) Platten ha reunido a los treinta viajeros enfrente de la estación de Zúrich, en el restaurante Zahringer Hof, el 9 de abril a las once de la mañana. Todos visten como auténticos rusos. Lenin calza botines con cordones, obra de su propietario, el zapatero Krammerer, al que el socialista ruso-alemán Radek ha apodado «el terror de las calles de Zúrich». Llevando mantas colgadas en bandolera, cargados de paquetes mal atados, los emigrados suben a su vagón de 2ª y 3ª clase. (...)"


En la plaza de la Estación de Zúrich ya no hay ningún restaurante llamado «Zahringer Hof», ni queda recuerdo alguno de su existencia. Hay un Café Zähringer en la Zähringerplatz de esta misma ciudad, situado a 200 metros de distancia de la calle en la que vivieron Lenin y Krúpskaya, de camino a la estación de tren. Nada indica, sin embargo, que este negocio tenga relación con el antiguo restaurante «Zahringer Hof» mencionado por Jean-Paul Ollivier en el libro del cual se ha extraido el texto de este artículo ("¿Cuándo amanecerá, camarada?" ). La «Casa de Zähringer» es el nombre de una antigua e influyente familia alemana cuyos orígenes se remontan al siglo XIII y que toma su nombre de la ciudad situada en Friburgo de Brisgovia (en la Selva Negra). Es por ello que existen varios establecimientos con este nombre a lo largo de todo el territorio germanoparlante, como el Hotel Zähringer Hof en Überlingen (Alemania) o el Restaurante Zähringer en Berna (Suiza)

(...) La aduana suiza registra los equipajes y se incauta de un excedente de chocolate. Fritz Platten instala a los viajeros: los Zinoviev y sus hijos, Inés Armand, Radek, Abramóvich, Sfarov, Olga Ravich, etcétera. (...)"

Tres de los viajeros en el tren de Lenin fueron Grigori Y. Zinóviev (izquierda), su segunda esposa Zlata I. Lilina (centro) y su ex esposa Sarah [Olga] N. Ravich (derecha). Esta coincidencia demuestra el clima de camaradería que reinaba entre los bolcheviques, más allá de las convenciones sociales sobre la institución matrimonial

Otra de las acompañantes de Lenin en su viaje de regreso a Rusia fue Inessa Armand, la revolucionaria y feminista parisina a quien se le atribuye un romance con el líder bolchevique, un asunto amoroso que siempre fue negado por las autoridades de la URSS pero que la correspondencia entre ambos parece corroborar. Armand murió de cólera en la ciudad rusa de Nálchik a los 46 años de edad, enfermedad que adquirió durante un viaje por el Cáucaso. Está enterrada en una tumba colectiva en el cementerio del Kremlin, junto al periodista norteamericano John Reed, el médico Iván Rusakov y el policía Simón M. Pekalov

(...) En cuanto se pone en marcha el tren, estallan cánticos franceses, en primer lugar La Marsellesa. Krúpskaya, a quien la enfermedad de Basedow y una intervención quirúrgica han privado de la alegría de la maternidad, les dice a sus amigos: «Por fin me voy a poder ocupar de todos los niños de Rusia».

En la estación fronteriza de Hottmandigen [también escrito «Gottmadingen»], Platten prohíbe los cantos. Un vagón especial espera en una vía muerta. Soldados alemanes han tomado posiciones en las salidas. Tres de las puertas están precintadas. La cuarta, la de atrás, está libre para que Platten pueda bajar del tren y renovar las provisiones durante las paradas. Un oficial alemán dibuja con tiza una frontera en el suelo del pasillo, en sentido longitudinal. En el lado de las ventanas es Alemania, en el de los compartimentos es Rusia. Platten es el único que tiene derecho a dirigirse a los centinelas alemanes. (...)"

La Estación de Gottmadingen en la actualidad

(...) Los treinta emigrados viajan como jóvenes reclutas, sin comodidades, entusiastas, somnolientos, obedeciendo a Lenin, que desea un viaje digno. El atraviesa Stuttgart, luego Frankfurt y Berlín. Sube hacia el Báltico. El territorio alemán termina en Sassnitz. Platten no está autorizado para proseguir el viaje. Debe volver a Suiza. Vuelve a contar los pasajeros. Se quitan los precintos del vagón. (...)"

La Estación de Sassnitz fotografiada hoy en día. Fue construida en 1937, por tanto Lenin estuvo en la terminal que hubo anteriormente

(...) Un vapor sueco espera en el muelle. Leva anclas el 13 de abril a las 10:00 h con dirección a Trölleborg [o «Trelleborg»]. El mar está revuelto. Casi todos los pasajeros se ponen malos. Zinoviev, Lenin y Radek están en el puente, prosiguiendo sus debates sin fin. En Trölleborg se ha formado un tren especial para Estocolmo. Allí, los socialistas reciben a Lenin con todos los honores, en especial el alcalde de la capital sueca, Carl Lindhagens. (...)"



Imágenes, respectivamente, del puerto de Sassnitz, del puerto de Trelleborg con la estación de tren al fondo (edificio con la torre de tejado cónico) y de la Estación de Estocolmo inaugurada en 1871. Desde mediados de los años ochenta, los ferrys que parten hacia Suecia lo hacen desde un nuevo muelle situado al sur de Sassnitz

(...) Guiados por el poeta sueco Ture Nerman, Vladímir Ilich y sus compañeros se dirigen a hotel Regina. El jefe de los bolcheviques no puede entrar en Rusia con el único traje raído que lleva. Sus amigos le dicen que haga compras en Estocolmo y le indican una tienda. Lenin compra un par de zapatos, un traje y un sombrero. Como quiera que el secretario general del partido comunista sueco Otto Grimlund insista para que compre otro traje, Lenin le responde riendo: «No vuelvo a Rusia para montar una tienda de ropa sino para hacer la revolución».

Los emigrados pasean por las calles de Estocolmo... (...)"


Fotografía de Lenin (y ampliación de la misma) paseando por Estocolmo el 13 de abril de 1917, en compañía del alcalde Carl Lindhagen (justo detrás suyo) y del poeta Ture Nerman (charlando con él). Su traje y su sombrero parecen, efectivamente, recién comprados. La mujer del sombrero es Krúpskaya. Esta imagen un documento único de un valor histórico incalculable fue tomada por el fotógrafo de prensa sueco Axel Malmström


El hotel Regina de Estocolmo ya no existe. Fue demolido en 1962 junto a toda la manzana de casas para construir en su lugar la plaza Sergels. Se encontraba situado en los números 42-44 de la calle Drottninggatan, cerca del cruce con la Klarabergsgatan, que es la amplia avenida que aparece en la segunda imagen (de 2014). El hotel se hallaba en el lugar donde ahora se ubica la entrada de la estación de metro T-Central, el pequeño edificio acristalado que aparece en esta fotografía. La primera imagen es de 1962, el año de su demolición

(...) Una chica que forma parte del grupo de emigrados ata su pequeño pañuelo rojo a una vara y se la da a Lenin, que ondea por las calles esta bandera improvisada.

Llega la hora de volver al tren. Desde Estocolmo, el convoy bordea el golfo de Botnia hasta Torneo [o «Tornio»]. (...)"


La Estación de Tornio en la actualidad. Es la única de todo el trayecto entre Zúrich y Petrogrado que tiene una placa en su fachada (inaugurada en 1967) recordando el paso de Lenin por este lugar

(...) María Ulianova, hermana de Lenin, acaba de recibir el telegrama nº 148, censura militar nº 87: «Llegamos lunes noche 16 abril. Comunicad Pravda. Ulianov».

Chliapnikov, aquel bolchevique de total confianza al que Lenin envió a Petrogrado tras el arresto de Stalin para trabajar en colaboración con su hermana, quiere que el retorno sobrepase en brillantez al de Plejánov. María Ulianova, Kaménev y Alejandra Kolontái irán al encuentro de Lenin en la frontera finlandesa. Alejandra recorre toda la ciudad para encontrar suficientes rosas rojas con las que hacer un ramo. Chliapnikov se encarga de organizar la ceremonia.

El soviet, que tres días antes se ha volcado para recibir al padre del marxismo ruso, es menos caluroso. Tsereteli, que ha adquirido una gran autoridad en la asamblea popular, se niega a ir a saludar al antipatriota Lenin. Para ir en su lugar son designados Chejeidze y Skobelev. El partido bolchevique envía a todos sus hombres con Stalin, Mólotov, Alliluyev y otros al frente.

El torrente humano discurre por las calles que llevan a la explanada de la estación de Finlandia. Hay cientos de banderas rojas, que resplandecen por la luz cruda y giratoria de un proyector. Destacamentos y charangas esperan en el andén y en el exterior de la estación. Vehículos ametralladora «Alma» [vehículo militar con ruedas, armado y ligeramente blindado] perfilan su silueta amenazante. De repente se oye un rumor entre la multitud. El tren ha llegado, Lenin aparecerá de un momento a otro. (...)"

No existen fotografías (conocidas) de la llegada de Lenin a Petrogrado el 16 de abril de 1917. Sin embargo, las manifestaciones artísticas del Realismo Socialista nos han legado representaciones relativamente fiables de aquel momento, ligeramente retocadas por la propaganda soviética. La primera imagen corresponde al cuadro (en color en el original) "Llegada de Lenin a la Estación de Finlandia", de M.G. Sokolov. En él aparece Stalin descendiendo del mismo vagón que ocupaba Lenin, lo cual es obviamente imposible porque Stalin fue ese día a recibirlo a la estación

(...) Pero la hora de la ovación no ha llegado todavía. Con los brazos cargados con las rosas rojas de Kolontái, Lenin se dispone a hacer oír el trueno que reserva a Petrogrado, a sus burgueses grandes y pequeños, a esos falsos socialistas. La charanga ha dejado inmóvil a todo el mundo ejecutando La Marsellesa. Luego, Lenin se ha abierto paso entre la multitud para llegar al salón imperial. Chejeidze saluda al gran emigrado: 

«Camarada Lenin, en nombre del soviet de Petrogrado, de los diputados obreros y soldados y en nombre de toda la revolución, le damos la bienvenida a Rusia... Creemos que la principal tarea revolucionaria en este momento es la defensa de nuestra revolución contra todas las tentativas enemigas, tanto del interior como del exterior. Pensamos que es necesario no dividir, sino apretar las filas de toda la democracia. Esperemos que este sea el objetivo que se trae con nosotros».

La respuesta de Lenin se centra en un terreno muy distinto

«Queridos camaradas, soldados, marineros y obreros, me siento orgulloso de saludar en vosotros a la victoriosa revolución rusa, de saludaros en tanto destacamento de vanguardia del ejército proletario mundial. La guerra de rapiña imperialista es el comienzo de la guerra civil en toda Europa. No está lejos el día en que los pueblos, siguiendo la llamada de nuestro camarada Karl Liebknecht, volverán sus armas contra sus explotadores capitalistas. El alba de la revolución socialista mundial resplandece. En Alemania, todo está en ebullición. La revolución que habéis hecho ha marcado el comienzo y ha puesto los cimientos de una nueva época. ¡Viva la revolución socialista mundial!» (...)"


 La Estación de Finlandia en Petrogrado fotografiada entre 1908 y 1912. En su sala imperial, en una Rusia ya sin zar desde hacía siete meses, Lenin fue recibido por la comitiva del Soviet encabezada por Chejeidze y Skobelev, momento que recoge este grabado

(...) Fuera, la multitud impaciente amenaza con tirar las puertas. Chliapnikov le abre un camino a Lenin que aparece por fin en el haz luminoso del proyector, aclamado sin fin. Vladímir Ilich entra en la palestra al pisar el suelo ruso. Rechaza el coche que le han asignado. De un salto sube a uno de los vehículos ametralladora verde oscuro. De pie, sobre la coraza de acero, apoyándose en las torretas asimétricas de las ametralladoras, avanza metro a metro, tomando la palabra en cada cruce. (...)"



En primer lugar, imagen de la pintura "Discurso de Lenin en la Estación de Finlandia en Petrogrado", de Nikolái Babasiouk (1960). Reproduce el momento en el que Vladímir Ilich saludó a quienes aquella noche del 16 de abril de 1917 le esperaban en el exterior de la estación. El segundo cuadro es obra de Vera A. Lyubimova y se titula "La llegada de Lenin a Petrogrado el 3 (16) de abril de 1917". De nuevo, Stalin aparece en un lugar preeminente, un hecho que probablemente no sucedió en la realidad. El vehículo blindado sobre el que se encaramó el líder bolchevique se conserva en el Museo Histórico Militar de Artillería, en la isla Kronverkskiy de San Petersburgo

(...) Lenin no es conducido a Táuride como Plejánov. Él va primero a la sede de su partido, el palacio Kshesinskaya [o «Palacio de Kschessinska»]. La bailarina no ha conseguido echar a sus abusivos ocupantes. Ante la impotencia del soviet y de Kérenski para hacer valer sus derechos, la bailarina se fue a su casa. Allí vio a la Kolontái, subida en un alto taburete, con las piernas audazmente cruzadas, un cigarro en una mano y una taza de te en la otra. El ropero de su habitación había sido transformado en un armario de fusiles. (...)"

El Palacio de Kschessinska en 1917. Fue la sede del partido bolchevique antes de su trasladado al Instituto Smolny. El 16 de abril de ese año, el mismo día de su llegada a Petrogrado, Lenin instaló aquí su despacho de trabajo

(...) Allí es donde se dirige Lenin. Allí es donde llega sin perder tiempo para tener una reunión de dos horas. Sujanov, que ha podido entrar en el palacio gracias a Kaménev, escucha atónito al papa del bolchevismo: «Es como si me hubiesen dado un garrotazo en la cabeza», dice.

Lenin piensa que las masas están más a la izquierda que el partido, incluso que el partido está más a la izquierda que su comité central. Sobrepasa los pensamientos y los conceptos de sus propios militantes.

Quienes esperaban la adhesión de Lenin a la mayoría del soviet, de Vladímir Ilich, gentilhombre por su padre, nieto de un comerciante de Astrakán, habían olvidado el auténtico Lenin, el hermano de Alejandro, el regicida. Lenin, el revolucionario a tiempo completo que dijo de una vez por todas: «No lloriqueéis, camaradas. Venceremos porque tenemos razón». Ahora, declara ante doscientos bolcheviques:

«La guerra imperialista no terminará sino con una guerra civil. La política de paz del soviet es para echarse a reír. Tsereteli, Chejeidze son derrotistas revolucionarios. No necesitamos una república parlamentaria, ni una democracia burguesa. Aprendamos a ser una minoría, aclaremos, expliquemos, convenzamos».

Fuera, soldados y obreros reclaman que Lenin salga al balcón. Vuelve, habla de nuevo sobre la paz inmediata, sobre la dictadura del proletariado, sobre la urgencia de romper con los burgueses capitalistas y lanza la consigna que será la de la revolución de Octubre: Todo el poder a los soviets.

La reunión bolchevique termina cuando despunta el día. En un salón contiguo, el revolucionario Menjinky, antiguo aristócrata de origen polaco, toca a Chopin en el piano.

Lenin acaba el día en casa de su hermana. La casa es corriente y encima de su cama, Vladímir y Krúpskaya encuentran un letrero: «¡Proletarios de todos los países, uníos!», obra de su joven sobrino Gora.

Cuando se levanta, Lenin se va solo al cementerio de Volkovo para recogerse ante la tumba de su madre, que tanto se había sacrificado por él y a la que la muerte le sorprendió cinco meses antes de su retorno triunfal, y a la de su hermana Olga, a la que el tifus se llevó a la edad de 19 años.

(...)

Al volver del cementerio de Volkovo, Lenin ha ido al Palacio Táuride para afrontar, en el soviet, al conjunto de las fuerzas socialistas. Le dieron la palabra durante una hora. El lenguaje era el apropiado para ese auditorio, menos virulento que el que había tenido la víspera con los bolcheviques, pero el programa y la determinación eran idénticos: eliminación total de la burguesía,  puesta en marcha de un gobierno de los soviets y solo de los soviets. (...)"



El Palacio Táuride en 1917. Las fotografías son, respectivamente, de su fachada principal el día de la proclamación del Soviet de Petrogrado, de su Sala de Asambleas con el Soviet reunido (era también el lugar de reunión de la Duma del Estado) y de Lenin realizando un discurso desde la tribuna del hemiciclo

(...) Machacando sus frases, repitiéndolas, no haciendo más bromas que las estrictamente necesarias, remarcando las «r», Lenin levanta tempestades de protestas. Lo que propone significa la ruina del Gobierno provisional, el derrocamiento de este gabinete que tanto ha costado crear, avalado por la aplastante mayoría de los mencheviques y de los socialistas-revolucionarios."

(Ollivier, J.-P. (1967) ¿Cuándo amanecerá, camarada? Crónica de la Revolución rusa: 1876-1917. Madrid: Clave intelectual, 2017, pp. 228-235)

Documento firmado por los miembros de la comitiva de V.I. Lenin con las condiciones de viaje en el «tren blindado»

(Fuentes: https://ru.wikipedia.org/wiki/Зиновьев,_Григорий_Евсеевич, https://pimpavlov.blogspot.com.es/2017/05/blog-post_16.html, http://www.zimmerwald1915.ch/Img/platten.jpg, http://expositions.nlr.ru/ex_plehanov/books_fortune/people_genev_library.php, http://wikimapia.org/35081398/Memorial-of-Swiss-Communist-Fritz-Platten, https://femmesenrevolution.tumblr.com/post/139365301330/zinaida-lilina-revolutionary-and-administrator, http://beam-truth.livejournal.com/5543871.html, http://www.dekoder.org/, https://sv.wikipedia.org/wiki/Hotel_Regina, http://diletant.media/articles/35228644/, https://www.the-tls.co.uk/articles/private/terminal-moment/, http://portal-kultura.ru/articles/history/158280-vskinut-by-ego-na-shtyki-krichali-soldaty/?print=Y&CODE=158280-vskinut-by-ego-na-shtyki-krichali-soldaty, http://www.alamy.com/ y Google Maps y Street View [06/08/2017-16/09/2017])

Ir a la entrada siguiente sobre 'Paisajes de la Revolución'

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.