"Vera Figner [en 1882, al año siguiente del asesinato de Alejandro II y la ejecución de la mayoría de miembros de Voluntad del pueblo], que se ha quedado sola como único miembro en libertad del Comité Central, parte para Odesa, cargada de dinamita, con el objetivo de matar al secretario de Estado Panitutín. Denunciada por Sergio Degaev, un agente doble, consigue huir hasta Járkov donde es detenida por la policía. Las tres hermanas Figner están privadas de libertad. Condenada a muerte, es indultada más adelante. Vera viste el uniforme gris de sayal con un as de diamantes en la espalda y calza gruesas y pesadas botas reglamentarias. La policía la encarcela en la prisión más terrible, en Schlüsselburg, cerca de la capital, donde antes que ella el líder de la Internacional Mijaíl Bakunin había comparado las celdas con tumbas. La bella Vera solo puede escribir a su familia dos veces al año, rogándole cada vez que no intervenga en su favor. Un día, en el que las autoridades se niegan a expedir una de sus cartas porque denuncia la inhumanidad del trato, ella se arroja sobre su guardián y les quita las charreteras.
Pensando que ha acabado con Voluntad del pueblo, Alejandro III, que ha seguido personalmente la instrucción del caso Figner, clama con alivio: «¡Alabado sea Dios, esta terrible mujer está en la cárcel!».
(...)
Los intelectuales no han cejado. El reino cada vez más reaccionario del «idiota coronado» o del «augusto imbécil» ha vuelto a llevar a los revolucionarios al camino de la violencia. Seis años después, día tras día, después del asesinato de Alejandro II, un grupo de siete partidarios de Voluntad del pueblo se propone matar a su hijo de la misma manera y en el mismo lugar. Okladski, el químico de carácter débil, les ha entregado las bombas y, como viene haciendo, ha avisado a la Ojrana. Los portadores de los explosivos, seguidos desde hace una semana, son detenidos en la perspectiva Nevski el 1 de marzo de 1887 a las once de la mañana, antes de haber cumplido su misión. En el proceso, que se ha organizado muy rápidamente, el presidente enuncia siete veces la sentencia de muerte. Uno de los procesados, estudiante de ciencias naturales, sólo tiene 21 años. Le ha lanzado a la cara del tribunal: «He comprendido que no solo es posible cambiar el régimen social sino que es algo inevitable». Se llama Alejandro Ulianov. Su madre, que ha venido desde las orillas del Volga para asistir al juicio, le dice que puede salvarse si consiente en apelar al emperador. Pero Alejandro Ulianov no quiere someterse a esa humillación. Es conducido junto a sus seis camaradas a 61 kilómetros de San Petersburgo a la prisión maldita de Schlüsselburg, donde los presos políticos mueren de malos tratos o de la insalubridad del lugar o se vuelven locos. La mañana del 8 de mayo de 1887, Alejandor Ulianov y sus complices, que han despreciado la gracia del tirano, son colgados en el patio de la fortaleza. A través de los barrotes de la celda número 26, una joven de belleza marchita por los malos tratos ve a sus hermanos de lucha colgados de la horca: Vera Figner".
(Ollivier, J-P. (1967) ¿Cuándo amanecerá, camarada? Crónica de la Revolución rusa: 1876-1917. Madrid: Clave intelectual, 2017, pp. 31, 34-35)
La prisión de Schlüsselburg, llamada históricamente fortaleza de Oréshek, fue construida en 1323 por el príncipe Yuri Dolgoruki, fundador de Moscú. Se encuentra situada sobre la isla de Orejovets, en el Lago Ladoga, doscientos metros al norte de la ciudad de Schlüsselburg. Durante el Imperio ruso, entre 1721 y 1917, la fortaleza fue usada como lugar de reclusión y tortura de presos políticos disidentes del régimen. Entre las personas encerradas en esta cárcel se encuentran el anarquista Mijaíl Bakunin –recluido a lo largo de cuatro años, durante los cuales sufrió escorbuto, la pérdida de todos los dientes por inanición y un intento de suicidio–, el poeta Decembrista Wilhelm Küchelbecker, el político polaco Walerian Lukasinski –encerrado en aislamiento durante 48 años, hasta su muerte en la misma prisión en 1868, con 82 años de edad–, el revolucionario bolchevique Sergó Ordzhonikidze, además de los mencionados Vera Figner y Aleksandr Uliánov, hermano de Lenin, ejecutado en este lugar en 1887
Schlüsselburg, ciudad fundada por Pedro el Grande en 1702 (casi cuatro siglos después que la fortaleza), se halla a 35 kilómetros
al este de San Petersburgo, en la cabeza del Neva, el río que pasa por la antigua capital del Imperio ruso. Pertenece al óblast de Leningrado y al
distrito de Kírovsk. En el libro de Jean-Paul Ollivier se da erróneamente la cifra de 61 kilómetros como distancia entre San Petersburgo y la prisión de Schlüsselburg
Vista aérea de la fortaleza en dirección suroeste, con el inicio del río Neva justo enfrente. El malecón sirve para embarcar y desembarcar a los visitantes de la antigua prisión, a la que se puede acceder previo pago de una entrada. Las dos torres sobre la muralla son, de izquierda a derecha, la Golovin y la del Soberano
Vista de la isla en dirección noroeste, rodeada por las aguas del Lago Ladoga. A la izquierda de la imagen aparece la torre del Soberano y a la derecha la torre Naryshin (o del Rey)
Vista aérea en dirección noreste, con algunas dependencias de la prisión repartidas en el interior del recinto. En el extremo superior de la imagen se ven la torre Naryshin –a la izquierda, con tejado cónico– y la torre de la Bandera –a la derecha, sin tejado–
Vista en dirección a la ciudad de Schlüsselburg, al sur de la isla
Plano cenital de la fortaleza de Oréshek, con las ruinas de la Iglesia de la Natividad de San Juan el Bautista en el centro del recinto. Esta imagen permite entrever las huellas de antiguas edificaciones ya desaparecidas. En algún punto de este espacio, ahora con césped bien cuidado, fue ahorcado Aleksandr Uliánov
En el extremo opuesto a la entrada de la fortaleza, justo detrás de la iglesia, hay un edificio con el tejado de color rojizo. Es una de las construcciones más modernas y albergó las celdas de los presos políticos. Hoy en día es el Museo de los prisioneros del Imperio ruso y forma parte de la visita a Oréshek
En una de las orillas de la isla, junto a la muralla, hay un monumento dedicado a los presos políticos del zarismo
Entre el 8 de septiembre de 1941 y el 18 de enero de 1943, la ciudad de Schlüsselburg permaneció ocupada por el ejército alemán de Hitler, aunque no así la fortaleza de Oréshek, a la que nunca llegaron los invasores. Durante 500 días, soldados del Ejército Rojo mantuvieron una férrea resistencia desde la isla impidiendo que la Wehrmacht cruzase a la orilla derecha del Neva. Es por este motivo que en el interior de la fortificación hay una colección de baterías artilleras de la Segunda Guerra Mundial y algunos monumentos, dentro y alrededor de las ruinas de la iglesia, que recuerdan a aquellos héroes del ejército de la URSS. La liberación de Schlüsselburg, por parte del 67º Ejército Soviético durante la Operación Iskra, permitió romper el cerco de la asediada Leningrado. Entre 1944 y 1992, la ciudad fue rebautizada como Petrokrepost (literalmente, "Fortaleza de Pedro")
Entre la torre Golovin (con tejado piramidal) y la torre del Soberano (con tejado cónico) está la taquilla y el acceso al interior del fortín. Hay además un espigón donde los barcos comunican ambas ribas del río Neva con la isla Orejovets
Artillería de la Gran Guerra Patria expuesta cerca de la entrada a la antigua prisión
Además de un lugar cargado de historia, la isla Orejovets es un paraje muy bello bien conservado. En la imagen, la torre de la Bandera, en primer plano, y la del Rey, al fondo
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