viernes, 12 de agosto de 2016

La reforma postestalinista de la calle Tverskaya (antigua Gorki)


Stalin amplió su calzada y Putin, ochenta años más tarde, la ha vuelto a estrechar. Acaba de finalizar la nueva reforma de la calle Tverskaya, la avenida más importante de la ciudad de Moscú.

Símbolo de la opulencia zarista y de las obras megalómanas de los años soviéticos, su historia no tiene parangón en el mundo de las transformaciones urbanísticas. El nombre Tverskaya proviene de Tver, la población septentrional con la que Moscú, según las crónicas, ya se encontraba unida en el siglo XII a través de esta misma vía, cuando era tan solo un camino de tierra transitado por carros de mercaderes. Más adelante su importancia se redobló con el nacimiento de San Petersburgo, la urbe situada más al norte de Tver que con los años se convertiría en la capital del imperio. Atravesada por el río Neglinnaya bajo un puente de piedra antes de que su cauce se soterrase en el siglo XIX, la calle Tverskaya fue antaño la ruta de entrada de la familia imperial cuando se dirigía en comitiva hacia los palacios del Kremlin. De ahí su relevancia no solamente comercial, sino también simbólica. En el siglo XVII pasó a ser el centro de la vida social moscovita, sobre todo de la clase nobiliaria, y un siglo después su desarrollo urbanístico le confirió la estructura aproximada que tiene actualmente, exceptuando su anchura y buena parte de los edificios que la flanquean. Con una longitud de 1,6 kilómetros, discurre de forma oblicua desde la estación de tren de Bielorrusia (situada al noroeste del centro de la ciudad) hasta la plaza Manezhnaya, colindante con la plaza Roja, cruzándose por el camino con algunos de los lugares más emblemáticos de Moscú. Entre otros, las plazas Pushkinskaya y Tverskaya (antigua plaza Soviétskaya) y las dos circunvalaciones concéntricas que rodean su núcleo urbano, el Anillo de los Jardines y el Anillo de los Bulevares. Antes de la Revolución de Octubre fue una avenida comercial y residencial que discurría serpenteante a través de todo su trazado. Más tarde, durante los años veinte del pasado siglo, vivió un primer despertar arquitectónico con la llegada de algunas muestras representativas del constructivismo soviético, como el edificio de la editorial Izvestia obra de Grigori Barkhin (1927), la Oficina Central de Telégrafos del arquitecto Iván Rerberg (1927-1929), o el Cubo negro del Instituto Lenin (Archivo Central del Partido), construido en la plaza Soviétskaya por Stepán Chernyshyov en 1926.

Mapa actual de Moscú con la calle Tverskaya señalada con una línea de color rojo


Fotografías de la calle Tverskaya realizadas aproximadamente desde la esquina del pasaje Kozitskiy, cerca de la plaza Pushkinskaya, en dirección sur. La primera data de 1888 y es una de las más antiguas que se conocen de esta calle. En ella aún se puede ver, al fondo, una de las torres del Kremlin. La segunda se tomó en 1978, noventa años más tarde. Cualquier parecido entre ambas es pura coincidencia



Tres imágenes del inicio de la calle Tverskaya visto desde la plaza Manezhnaya (en dirección norte). La primera se tomó entre 1904 y 1910 –a la izquierda está el hotel Nacional, inaugurado en 1903. En la segunda imagen, de 1928, aún no han comenzado las reformas urbanísticas, pero las pancartas en la calle y en la casa de la derecha denotan el cambio de época vivido en el país. En la tercera fotografía, correspondiente a las celebraciones del 1º de Mayo de 1947, se ve claramente cómo desaparecieron todos los edificios del lado derecho de este tramo de la calle, comenzando por el de la esquina, cuyo solar se convirtió en una parte más de la calzada para vehículos. El hotel Nacional, inamovible, sirvió de aparador de la propaganda soviética

Al margen de esos primeros cambios tras la Revolución de Octubre, es el año 1935 el que marca un antes y un después en el devenir de esta arteria moscovita. Con la llegada del Plan General aprobado por Stalin, la calle Tverskaya fue la primera de Moscú en ser sometida a lo que entonces se describió como una “cesárea” de la ciudad. Muchas de sus casas fueron demolidas o simplemente trasladadas de lugar, giradas incluso respecto de su posición original. Este fue el caso del hospital oftalmológico, un antiguo palacete que, en una misma maniobra, se movió hacia atrás, rotó un cuarto de vuelta y creció en altura. Hasta un total de cincuenta construcciones se desplazaron mediante raíles en una operación de ingeniería arquitectónica sin igual en toda la historia. Al finalizar las obras la anchura de su calzada se había triplicado (pasó de diecinueve a sesenta metros), dejando en comparación unas aceras laterales extremadamente estrechas.


Fotografías realizadas entre 1937 y 1938 (la primera) y entre 1945 y 1955 (la segunda) desde un punto de la calle Tverskaya entre los pasajes Voznesenskiy y Leontyevskiy (en aquella época, Stankevicha y Stanislavskogo), en dirección norte. Al fondo de ambas imágenes está la plaza Pushkinskaya. El edificio más alto en la primera fotografía es el mítico hotel Lux, que no se movió de su sitio durante la reforma urbanística. Las aceras, como puede verse, siguieron teniendo la misma anchura


Dos imágenes obtenidas (de nuevo) desde el Kozitskiy pereulok, pero ahora en dirección norte, con la plaza Pushkinskaya en la parte superior izquierda de la primera fotografía y justo en el centro de la segunda. Son de 1905 y 1939, respectivamente. En ellas se ve con claridad como en este trecho de la calle fueron las casas de la izquierda las que acabaron siendo derribadas

Uno de los objetivos de la reforma estalinista de Moscú fue facilitar la fluidez del cada vez más numeroso parque móvil motorizado que circulaba por el centro de la ciudad, muy lejos aún del que actualmente lo colapsa casi a diario. En el caso concreto de la calle Tverskaya, lo fue también que las tropas y vehículos militares del Ejército Rojo pudiesen desfilar por ella de forma masiva camino de la plaza Roja. Y lo mismo en relación a las manifestaciones populares de trabajadores soviéticos que marchaban periódicamente para rendir tributo a los dirigentes del Partido Comunista que posaban para ellos sobre el Mausoleo de Lenin. Todo ello en una reiterada demostración del poderío de la Unión Soviética que se prolongó hasta el final de sus días. De hecho, el plan urbanístico de 1935 preveía inicialmente la práctica desaparición de la plaza Roja tal como la conocemos hoy en día, incluyendo la demolición de su edificio más representativo, la Catedral de San Basilio. Con esta medida se pretendía convertir la plaza en una simple prolongación de la calle Tverskaya, conectando esta avenida directamente con el puente Bolshoy Moskvoretskiy y la isla Balchug. Algunas leyendas urbanas afirman que fue el mismo Stalin, recordando quizás su época de seminarista en Georgia, quien salvó la catedral de la piqueta. Sin embargo, otras fuentes aseguran que la presión social y los argumentos de arquitectos influyentes como Alekséi Schúsev consiguieron modificar el proyecto.

Así estaba previsto que quedase la plaza Roja en el proyecto de 1934 del Plan General de Reforma Urbanística de Moscú. Incluso se pensó en demoler la Catedral de San Basilio, que aún aparece en el centro de este montaje fotográfico. El de la izquierda es el frustrado edificio del Narkomtiazhprom, el Comisariado de la Industria Pesada que nunca fue construido


Fotografías de 1913 y 1980-1981 tomadas en dirección sur cerca del Museo de la Revolución, cuyas rejas exteriores aparecen a la derecha de ambas imágenes. El edificio de la izquierda, pintado de blanco y aumentado de altura en la imagen de 1980-1981, es el mismo que había allí sesenta y siete años atrás. Hay un detalle curioso en estas fotografías y es que el poste sobre la acera de la izquierda que aguantaba la catenaria del tranvía en 1913 es el que también sostenía los cables del trolebús en los años ochenta. La tecnología evolucionó pero parte de las infraestructuras de la URSS se conservó intacta durante décadas

El mismo año del inicio de la reforma, la calle Tverskaya pasó a llamarse calle Gorki, en homenaje al presidente de la Asociación de Escritores Soviéticos. El resultado final de las obras fue una avenida extremadamente ancha, con edificios altos, aceras muy justas y diez carriles asfaltados pensados únicamente para vehículos motorizados. El hecho de haber derribado, o movido, de forma alternativa sectores de casas situadas a ambos lados de la calle, hizo que ésta perdiese el carácter "serpenteante" de su trazado antiguo. Es así como los moscovitas la han conocido y vivido a lo largo de estos últimos ochenta años: una suerte de monumental pasillo ortogonal elaborado a base de pavimento y hormigón. Un símbolo del Moscú soviético que no ha dejado indiferente a nadie.


Imágenes de 1910-1912 y 1947-1950, respectivamente, del tramo final de la calle Tverskaya. Fueron tomadas en dirección norte desde la esquina de esta calle (llamada Tverskaya-Yamskaya en este sector) con la Yuliusa-Fuchica ulitsa. La iglesia de la derecha era la de San Basilio de Cesarea, demolida en 1935

Al fondo de la primera imagen (de las dos anteriores) se puede entrever una construcción plantada en medio de la calle Tverskaya y atravesada por los raíles del tranvía. Es el Arco de Triunfo de Osip Bové que en 1936 fue traslada a la avenida Kutuzovskiy, donde se encuentra actualmente. Esta fotografía es de la década de los años 20

Con el final de la URSS, la calle Tverskaya se convirtió en un importante eje comercial de la ciudad, compuesto sobre todo por tiendas de diseñadores de moda y telefonía móvil. Los viejos distintivos de la era soviética fueron desapareciendo poco a poco, comenzando por los hoteles Minsk e Intourist, demolidos y substituidos por establecimientos de lujo. La calle no cambió en su estructura, ni en su estilo arquitectónico, pero sí en su función. Riadas de personas dejaron de usar sus aceras para dirigirse con prisas a sus trabajos diarios y comenzaron a desfilar por ellas de forma más pausada, con el cuello girado y mirando de forma distraída los escaparates de las tiendas, sin el entusiasmo de las épocas heroicas. Mientras el papel de los peatones cambiaba de paradigma, el número de turismos privados circulando por el centro de la vía alcanzó proporciones apocalípticas. Tversakya dejó de ser un lugar de paso y se convirtió en un lugar de la ciudad al que ir expresamente.


Los colapsos circulatorios en Moscú, en particular en la calle Tverskaya, han alcanzado en ocasiones cotas legendarias. Ni siquiera la visión futurista de los arquitectos y planificadores urbanos de Stalin pudieron prever que algún día las anchas avenidas soviéticas serían incapaces de engullir todo el tráfico rodado de la ciudad 

Entre mayo y julio de 2016 se han llevado a cabo los trabajos para reducir la anchura de su tramo vial y ensanchar, proporcionalmente, la amplitud de las aceras. Se ha perseguido con ello algo muy similar a lo que hizo Stalin con su reforma de 1935, aunque adaptado a la nueva realidad de la sociedad del siglo XXI. La idea es que ahora las masas de viandantes consumistas puedan desfilar frente a los comercios de esta avenida con total holgura, sin más preocupación que la de gastar su dinero. Sin pancartas ni reivindicaciones, con el único propósito de reinventarse como individuos y aliviar, en la medida de lo posible, la gran pandemia de la postmodernidad: el vacío existencial que corroe por dentro a los seres humanos. La uniformización social que pretendía el comunismo se ha transformado, por obra y gracia de aquellos que la criticaban, en la homogeneización publicitaria y comercial de los ciudadanos del nuevo siglo. Ahora sólo somos lo que compramos y nada más. ¡Consumidores de todos los países, uníos... y venid a la calle Tverskaya!

Mayakovski


En la actualidad, la decoración urbana en la calle Tverskaya ofrece una extraña combinación entre la arquitectura estalinista de los años treinta y la publicidad global que inunda las calles de todo el mundo. En muchos casos, como el de la segunda imagen, las alteraciones en las fachadas están siendo bastante respetuosas con el entorno arquitectónico. Pese a todo, antes de la Revolución de Octubre los rótulos de los comercios se integraban mejor en los edificios decimonónicos de la calle. Lo demuestra la primera imagen, obtenida entre 1907 y 1910 en el cruce con el Kamergerskiy pereulok en dirección norte

Las diferentes webcam repartidas por la calle Tverskaya han captado la evolución de las obras de ampliación de sus aceras a lo largo de estos últimos meses:

1) Gazetnyy pereulok/Tverskaya ul. (dirección sur) [cámara HD]

5 de mayo (ensayo nocturno del desfile del Día de la Victoria)

7 de mayo (ensayo diurno del desfile del Día de la Victoria)

28 de mayo

11 de junio

19 de junio

2 de julio

15 de julio

23 de julio

24 de julio

 27 de julio

2) Gazetnyy pereulok/Tverskaya ul. (dirección sur)

 2 de mayo

 12 de julio

 23 de julio

27 de julio

3) Tverskaya ploshchad (Ayuntamiento) (dirección norte)

 5 de mayo (ensayo nocturno del desfile del Día de la Victoria)

 30 de mayo

 19 de junio

 23 de julio

24 de julio

4) Georgiyevskiy pereulok/Tverskaya ul. (Teatro Ermolova) (dirección norte)

5 de mayo (ensayo nocturno del desfile del Día de la Victoria)

27 de julio


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