sábado, 31 de octubre de 2015

La estatua de Stalin en el VDNJ: una escultura dentro de otra

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"La Fuente de la Amistad, decorada con quince ninfas doradas representando a las quince repúblicas soviéticas, ocupa el centro del paseo principal que termina en el pabellón del Cosmos dedicado a la conquista del espacio, frente al cual hay una nave espacial. En los años cincuenta este mismo pabellón estaba dedicado a la mecanización y en el lugar de la nave se levantaba la estatua de Stalin más grande de Moscú, de Serguéi Merkúrov. En vísperas de la inauguración del monumento, el ingeniero principal Alexéiev recibió la orden de sumergirse en las entrañas de la obra de Merkúrov para comprobar que los enemigos del pueblo no habían colocado ninguna bomba dentro. De paso, resolvieron el problema de qué hacer con la pequeña escultura que había servido de modelo para la estatua: la depositaron en el interior del monumento. Esta extraña idea demuestra el carácter idólatra de las creencias soviéticas; cualquier daño causado a la escultura o a su modelo podría dañar al mismo caudillo. En los cuentos rusos, la muerte del brujo Koschéi estaba en la punta de una aguja, la aguja en un huevo... Las autoridades soviéticas decidieron que era más culto guardar la muerte de Koschéi dentro de sí mismo".

(Pigariova, T. (2001) Autobiografía de Moscú. Barcelona: Ed. Laertes, 2001, pp.158-160)

Rodeada con un círculo de color rojo, la antigua plaza de la Mecanización en el VDNJ, el lugar donde se ubicó la estatua de Stalin justo al final de la avenida principal del recinto. Actualmente hay un estanque en cuyo centro se encuentra instalado desde hace cincuenta años el ya mítico cohete Vostok, frente al antiguo pabellón del Cosmos. En esta plaza se exhibe también el transbordador soviético 'Burán', en el espacio que ocupó el tristemente desaparecido Tupolev-154

 Fotografía de la estatua creada por Serguéi D. Merkúrov (1881-1952) a punto de ser inaugurada en 1939. Por esta obra recibió el Premio Stalin en 1941. Quizás la escalera que aparece en la imagen fue la utilizada por el ingeniero Alexéiev para introducir en su interior el modelo reducido del cual habla Pigariova. Merkúrov fue uno de los principales escultores monumentalistas de la URSS y el mejor en la elaboración de máscaras mortuorias, incluida la de Lenin (que aún se conserva). La Exposición Agrícola de toda la Unión (VSHV), abierta al público también en 1939, pasó a llamarse VDNJ a partir de 1958

 La altura del monumento era de veinticinco metros, diez del pedestal y quince de la estatua propiamente dicha. Fue elaborado con hormigón armado y en su construcción colaboró el arquitecto Iván G. Taranov, uno de los responsables del diseño del pabellón de la Mecanización que se levantó justo detrás. La fotografía es de 1939, una vez inaugurada la exposición

 El lema que inspiró a Merkúrov la creación de esta colosal estatua fue "hacer un monumento gigante que represente al organizador e inspirador de la victoria de la construcción socialista, el amado líder y maestro de la URSS y de los trabajadores del mundo: el gran Stalin". La imagen es de 1939-1940

La Exposición Agrícola de toda la Unión (VSHV) fue una idea surgida de la mente visionaria del arquitecto Vyacheslav K. Oltarzhevsky (1880-1966). La historia de este recinto ferial está plagada de leyendas sorprendentes. Una de ellas afirma que la forma de cruz ortodoxa de una de sus avenidas laterales no fue fruto de ninguna casualidad. Dicha cruz tenía su intersección justamente en la plaza de la Mecanización, un espacio central del VSHV con forma octogonal (un símbolo de la Masonería a la cual pertenecía el arquitecto). Acusado de trotskista, no de brujo ni de supersticioso, Vyacheslav Oltarzhevsky fue detenido antes de la finalización de las obras, permaneciendo encarcelado hasta 1943. Pese a los retoques que su sucesor, el arquitecto Serguéi Y. Chernyshev, intentó introducir en el proyecto, la idea original se impuso en el resultado final. El detalle más increíble de todo su diseño es que en el plano elaborado por Oltarzhevsky había dibujado un sistema solar con centro en la plaza de la Mecanización y nueve pabellones a su alrededor que representaban los nueve planetas. Un sistema que se correspondía exactamente con la carta astral que el arquitecto había hecho elaborar a una vidente poco antes de decidir la ubicación definitiva de su 'Ciudad de los sueños'. Como no podía ser de otra manera, Stalin fue colocado en el centro de este universo simbólico construido en la capital de la Unión Soviética


 Fotografías de los años 1939-1940 donde se aprecian con claridad las dimensiones megalómanas de todo el conjunto, con Stalin en el centro de la plaza y del 'sistema solar soviético'

 El pabellón de la Mecanización (llamado así hasta 1954) fue evolucionando hasta llegar al actual pabellón nº 32/34 del VDNJ, que ahora funciona como museo dedicado al espacio interactivo del futuro ("Interaktorium Mars-Tefo"). La fotografía fue tomada en 1941


 En una carta dirigida en 1949 a Kliment E. Voroshílov, antiguo Comisario del Pueblo de Defensa y miembro del Soviet Supremo de la URSS, Serguéi Merkúrov advertía a los dirigentes soviéticos que la estatua de Stalin había sido construida para resistir solamente 5 ó 6 años y que las bombas que habían caído en las inmediaciones del VSHV durante el asedio alemán de Moscú habían convertido en preocupante su estado de conservación. En su opinión, era imprescindible reconstruir la estatua substituyendo el hormigón armado por granito o cobre. El escultor ya había preparado nuevos diseños cuando recibió la noticia de que su obra sería desmantelada en 1951 pero no reconstruida. Al parecer, las autoridades consideraban que la estatua de Merkúrov ya no expresaba la "profundidad de pensamiento" de Stalin, ni la "claridad extrema", "ardiente amor hacia la gente" y "sencillez" del mandatario soviético. En tan solo diez años había pasado de merecer el Premio Stalin a ser considerada "unilateral" y "esquemática", "sin una correcta escala histórica de su tema". Merkúrov falleció al año siguiente de la demolición de su obra. Tenía 70 años. La primera fotografía muestra los trabajos de reforma del VHSV en 1951, con el monumento rodeado de andamios a punto de ser retirado. En la imagen siguiente, tomada en algún momento entre 1951 y 1954, se puede ver el aspecto de la plaza ya sin la estatua, con un estanque en su lugar y los nuevos pabellones feriales extendiéndose a lo largo de la avenida principal. En la primera imagen se divisa (un poco más arriba de la cabeza de Stalin) la ubicación primigenia del conjunto escultórico 'Conductor de tractor y koljosiana', en lo alto de un pabellón. Fue colocado posteriormente sobre el arco de triunfo de la entrada, donde continúa hoy en día


Antes de la cancelación de la segunda estatua de Stalin diseñada por Merkúrov, se había previsto que fuese instalada en la plaza de las granjas colectivas del VSHV. En su lugar se construyó, en 1953, la fuente 'Flor de Piedra', que aún existe hoy en día (primera imagen). Tras la inauguración en 1954 del reformado VSHV (con Stalin ya fallecido), se instaló frente al pabellón de Bielorrusia un monumento más pequeño compuesto por las figuras de Lenin y Stalin. Podría tratarse, aunque no es seguro, del que aparece en la segunda fotografía. Tras el inicio del proceso de 'desestalinización' en 1956, dicha obra desapareció  


Entre los años 1951 y 1966, el estanque de la plaza de la Mecanización fue un simple depósito circular lleno de agua. Hubo que esperar todo ese tiempo hasta encontrar un tema con el que complementar este espacio anteriormente ocupado por la estatua de Stalin. El pabellón "de la Mecanización" pasó a llamarse, entre 1954 y 1956, "de la Mecanización y la Electrificación de la agricultura en la URSS". Y entre 1956 y 1966, "de la Ingeniería". A partir de 1966 se convirtió en el famoso pabellón del Cosmos, hasta que en 1991, tras el colapso de la URSS y la oleada de privatizaciones que asoló el país, se transformó en un burdo concesionario de coches. El aspecto del edificio que muestran las dos fotografías es el que adquirió tras la reforma de todo el VHSV llevada a cabo en 1954. En la parte posterior del pabellón se construyó una cúpula de cristal con la que alcanzó los 75 metros de altura. También se instalaron dos esculturas en lo alto de la fachada principal (de un mecánico y un trabajador de una granja colectiva) y numerosos bajorrelieves con emblemas de la Unión Soviética y los rostros de Lenin y Stalin. A partir de entonces muchos modelos reales de aviones soviéticos han adornado sucesivamente el perímetro del estanque. Las fotografías fueron tomadas entre 1953 y 1956


  En 1966, como complemento a la exposición en el interior del pabellón del Cosmos, un cohete Vostok fue instalado en el centro del estanque. Hoy en día continúa en el mismo lugar y es una de las curiosidades más representativas del VDNJ. Las fotografías son, aproximadamente, de 1980




Una década después de la demolición de la obra de Merkúrov, un cosmonauta soviético, Yuri Gagarin, orbitó por primera vez alrededor de la Tierra en la nave Vostok 1. Fue, concretamente, el 12 de abril de 1961. Unos años más tarde, hacia 1966, otro cohete Vostok, expuesto en el exterior del pabellón del Cosmos, rellenó el vacío dejado por la estatua de Stalin desaparecida en 1951. Iósif Vissariónovich, el dios soviético, el Sol que iluminaba el camino de la Revolución, había sido substituido definitivamente por una nave espacial que ocupaba ahora el centro del sistema solar diseñado por Oltarzhevsky. La misma nave en la que viajó Gagarin y que le permitió afirmar: "Allí arriba no he visto a ningún Dios". Mientras tanto, las leyendas sobre el VDNJ siguen engrandeciendo su legado a medida que pasan los años y la URSS es recordada con más nostalgia que rencor. Desgraciadamente, nada más se ha sabido de la pequeña escultura encerrada en las entrañas de hormigón de la obra del genial Merkúrov. Quizás reposa en el aparador de algún heredero de aquellos artistas de los años treinta y cuarenta que impulsaron el país hacia cotas inigualables de fe en un sistema y en sus dirigentes


lunes, 26 de octubre de 2015

La ignorancia del periodismo español sobre la ciudad de Moscú

Ignorancia o puro desinterés. Salvo honrosas excepciones, como en el caso de Pilar Bonet o Daniel Utrilla, cuando los periodistas españoles escriben crónicas sobre la capital rusa, suelen cometer errores que son fruto más del desdén que de problemas logísticos. Es como si la rusofobia que impregna últimamente el panorama político internacional interfiriese en la precisión que todo periodista debería buscar en la elaboración de sus trabajos.

El pasado 17 de octubre se publicó en Babelia, suplemento literario del El País, un artículo de la periodista Ángela Molina (nada que ver con la actriz) titulado 'Una esquizobienal en Moscú'. En dicho artículo podemos leer:

"La bienal de la capital rusa, que durante una década fue una más en la apretada lista de acontecimientos artísticos repartidos por el globo, quiere competir con la de Venecia, al menos en dimensiones. La prueba es que tiene su nueva ubicación en el edificio conocido como VDNKh, que fue Centro Panruso de Exposiciones, una especie de Disneyland soviético tan grande o más que el Principado de Mónaco, con 70 pabellones satélites diseminados por el parque Ostankino que Stalin hizo construir en 1934. Durante los cincuenta fue ampliado para dar cabida a actividades que tenían que ver con la carrera espacial, como el Museo del Cosmos.

En la entrada al recinto, en la plaza Kaluzhskaya, la escultura de Lenin, con su gesto característico de un brazo extendido y el otro con la mano tirando de la chaqueta, disuade ante cualquier entusiasmo. Esta esquizobienal cuenta con una apabullante lista de empresas patrocinadoras y, sin embargo, lo que vemos es más bien pobre: espacios a medio construir y un ruido ensordecedor de megafonías y operarios que transitan como hormigas haciendo o deshaciendo andamiajes. El VDNKh forma parte del patrimonio arquitectónico del país, lo que significa que no se puede clavar ni un alfiler en su estructura".

A la vista de estas explicaciones, lo primero que uno piensa es que resulta incluso complicado cometer tantos errores en tan poco espacio. En primer lugar, el VDNKh no es el nombre de ningún edificio. Además, en castellano es más correcto escribirlo, de forma transliterada, como VDNJ. El Vystavka Dostizheniy Narodnogo Khozyaystva ("Exposición de los Logros de la Economía del Pueblo [de la URSS]") es un recinto ferial con 400 edificios. La bienal se ha celebrado en el Pabellón número 1.

En segundo lugar, su dirección postal es prospekt Mira (avenida de la Paz) número 119. Basta consultar la página web del VDNJ para verificarlo. La plaza Kaluzhskaya se encuentra a más de 11 kilómetros de distancia del recinto ferial, al otro lado del río Moscova y cerca del puente Krimskiy. Sería interesante averiguar cómo la periodista ha podido llegar a relacionar estos dos lugares tan distantes en la geografía de la ciudad. Es como si algún medio ruso publicase que IFEMA se encuentra en la Puerta del Sol de Madrid, o que Fira de Barcelona está al lado del estadio Camp Nou. En la era de internet y de Google Maps, estos errores son inconcebibles.

 La flecha señala la distancia entre el VDNJ (parte superior) y la plaza Kaluzhskaya, su supuesta dirección

En tercer lugar, frente al pabellón número 1 del VDNJ hay, en efecto, una estatua de Lenin. También la hay en la plaza Kaluzhskaya, la última del dirigente soviético que se instaló en Moscú antes de la desaparición de la URSS. Quizás la presencia de ambas esculturas en estos dos espacios es lo que ha confundido a la periodista. Sin embargo, en ninguna de las dos (ver las imágenes que vienen a continuación) aparece Lenin "con su gesto característico de un brazo extendido y el otro tirando de la chaqueta". Por lo tanto, Molina ha consultado o ha visto la fotografía de otra estatua completamente diferente, de las muchas de Lenin que aún permanecen en su sitio a lo largo y ancho de todo el país. El comentario de que "disuade de cualquier entusiasmo" es del todo gratuito (forma parte de esa rusofobia comentada anteriormente).


 Estatuas de Lenin frente al pabellón 1 del VNDJ y en la plaza Kaluzhskaya, respectivamente. En ninguna de las dos Lenin levanta el brazo

En cuarto lugar, la comparación entre la extensión del VDNJ y el Principado de Mónaco está sacada directamente del artículo en inglés de la Wikipedia sobre dicho recinto. Comparar sus 2,38 millones de metros cuadrados con cualquier otra región del mundo no debería haber supuesto ningún problema para la periodista. Sobre todo con algún lugar de nuestra geografía, lo cual habría convertido la comparación en un dato más próximo y significativo. Queda claro que la sombra de Wikipedia es cada vez más alargada.

En quinto lugar, Stalin no hizo construir el VDNJ en 1934. Cuenta una leyenda que fue en ese año cuando el arquitecto Viacheslav Oltarzhevski imaginó su "Ciudad de los sueños". Y que consultó a una astróloga sobre la zona de Moscú donde debía construirla. Sin embargo, el proyecto no fue aprobado hasta el año siguiente. Su inauguración oficial se produjo en 1939.

En sexto lugar, la "Disneylandia soviética" no fue un parque de atracciones sino un recinto para celebrar exposiciones. Por lo tanto, la expresión no puede ser menos afortunada. Su nombre actual, VDNJ, es el que tuvo entre 1959 y 1992. En 2014 se aprobó la restauración de su nombre soviético. La denominación "Centro Panruso de Exposiciones", que la periodista refiere como "soviético", fue realmente todo lo contrario, se trató de la denominación postsoviética dada por el gobierno de Yeltsin.

En la crónica de Molina, además de la inevitable y constante referencia a Stalin, que hoy en día aparece en casi todos los artículos sobre la Rusia actual, se acaba haciendo mención de Putin y "sus planes expansionistas". Se trata, pues, de un verdadero ejercicio de periodismo objetivo e imparcial (es ironía): comenzar hablando de una bienal cultural y acabar criticando al mandatario ruso. Es una pena que los articulistas españoles, representantes de una profesión tan trascendental a nivel social, se estén convirtiendo en los voceros del etnocentrismo occidental, transformando sus crónicas informativas en panfletos a las órdenes de sus jefes y estos, de los políticos que les allanan el camino a sus imperios empresariales. El día que se escriba tanto de Stalin como de la historia de los derechos civiles en EE.UU., quizás ese día el periodismo volverá a ser lo que fue antaño: un arma poderosa para conocer la verdad.

Mayakovski

domingo, 25 de octubre de 2015

Cierra el bar-karaoke KPSS (Караоке-бар КПСС), un referente de la nostalgia soviética


Desde el pasado 14 de abril la cuenta de Twitter del restaurante y bar-karaoke KPSS permanece inactiva. El último mensaje publicado en esta red social no fue, como era esperable, un poema de Mayakovski o un fotomontaje de Ródchenko, sino un enlace a un portal ruso dedicado al mundo de la construcción. Nada que ver con la propaganda soviética evocada en este rincón nostálgico de Moscú cuya página web también quedó bloqueada hace ya algunos meses. Su nombre fue antaño un acrónimo mítico: el del Коммунистическая партия Советского Союза (Kommunistíchieskaya Pártiya Soviétskogo Soyúza), es decir, el del Partido Comunista de la Unión Soviética, el PCUS.

Así pues, sin una despedida formal (por lo menos en internet) ha echado el cierre un espacio lúdico y gastronómico dedicado a recordar los años pretéritos a la Rusia capitalista actual. Una magdalena de Proust gigante cuyos estímulos sensoriales han sido, no sólo el aroma de los platos basados en la austera cocina soviética, sino también la decoración de sus paredes hábilmente salpicadas de banderas rojas, pósters de temática propagandística e incluso un precioso busto de Lenin instalado en una de sus esquinas. En definitiva, un lugar de encuentro y celebración para veteranos de la Gran Guerra Patria o para deleite de aquellos que sólo conocieron la Unión Soviética en su juventud y que acudían a este restaurante para rememorar aquel ambiente rancio de exaltación ideológica que hoy en día resulta atractivo y entrañable desde un punto de vista estético.

Si nos atenemos a la liturgia imperante entre los fieles al comunismo, el bar-karaoke KPSS ha sido posiblemente lo más parecido a un sacrilegio. Una broma de mal gusto que redujo un símbolo de la revolución proletaria a una especie de miniparque temático destinado simplemente a pasar un rato entretenido. Para otros, quizás, ha sido una blasfemia por el motivo contrario, por resucitar fantasmas del pasado que más valía dejar descansar en paz. Su entrada era un escenario perfecto para las paradojas espacio-temporales hechas realidad. Grupos de ancianos con raídas americanas cargadas de condecoraciones se han fotografiado durante años bajo el letrero de este local, mientras la nueva generación de rusos aparcaba sus vehículos occidentales frente a ellos indiferentes a aquel mundo desaparecido hace lustros. Un mundo que pervive únicamente en la mente olvidadiza de estos derrotados abuelos y cuyas huellas del pasado se han convertido en restos urbanos esparcidos por la ciudad y en edificios soviéticos rehabilitados como contenedores de modernas marcas capitalistas. Dos universos ajenos separados por una acera. El de los héroes comunistas y el de los rusos ambiciosos, materialistas y con identidades cada vez más globalizadas que ansían parecer ricos, aunque no lo sean. En definitiva, dos eras en la historia de la humanidad solapadas por la costura de la cada vez más denostada perestroika de Gorbachov.

Viendo esta fractura social queda claro que los seres humanos se dividen en dos grupos: los que odian su pasado y viven el presente como un refugio contra sus recuerdos, y los que deciden estancarse mentalmente en alguna época concreta de sus vidas de la no salen nunca más. No hay término medio y sucede en todas partes, con matices. Sea como sea, el restaurante KPSS contribuyó humildemente a ello. Y ahora ya forma parte también de la nostalgia soviética que se encargó de evocar.

Mayakovski


El bar-karaoke KPSS se hallaba en la ulitsa Dudinka número 3. Dicha calle es perpendicular a la carretera de Yaroslavl (Yaroslasvkoe Shosse), en el distrito de Yaroslavski. Se encuentra al lado del Parque Natural Losiny Ostrov, el primero creado en Moscú